"De todos los infortunios que afligen a la humanidad el más amargo es que hemos de tener conciencia de mucho y control de nada" Heródoto (aprox. 484 a.C. - 426 a.C.)
Minibiografía
de Heródoto
Heródoto (aprox. 484 a.C. - 426 a.C.), llamado Padre de la Historia por
Cicerón, nació en una colonia Dórica llamada Halicarnaso, en Asia Menor, y
luego migró a Samos por razones políticas. Realizando viajes se dedicó a
investigar la historia de los conflictos entre bárbaros y griegos -teniendo en
cuenta la geografía y la visión de los hechos en los pueblos que visitó- y a
plasmar dicha historia en prosa en su obra Historiae.
Datos de la obra Historiae o Los nueve libros de
la Historia de Heródoto
Historiae (de la palabra griega investigación) como llamó Heródoto a su
obra –que expone sus investigaciones (nutridas a lo largo de sus viajes) según
menciona al inicio de la misma- fue escrita, en su versión original aprox.
hacia 444 a.C., en dialecto jónico y está dividida en 9 partes, cada una con
nombre de las 9 musas griegas (comenzando con Clío, musa de la historia) y
narran los conflictos -y sus causas- entre bárbaros (es decir, no griegos,
entre ellos, los persas) y griegos.
Comentario
El discurso de Heródoto resulta de una coherencia interesante y
perspicaz, pues aunque sea -a veces- repetitivo, y dar detalles que parecen
perder la ilación del discurso, concluye sus ideas y rememora lo leído, así,
v.g., la anécdota de Creso y Solón, harta detallada, pareciera no ir con el
flujo del relato pero más adelante en el texto, recordar este suceso le permite
salvar la vida a Creso. También, Heródoto da cuenta de las versiones de los
hechos que conoce según los testimonios que recauda –muchos llenos de factores
divinos, propios de la época- y las analiza (así, v.g., rechaza lo del río
encauzado por Tales, pero lo menciona). Heródoto ofrece detalles geográficos,
filosóficos, de costumbres y de cultura general (v.g, creador de soldadura de
hierro, origen de juegos, etc.) al narrar los hechos históricos, que convierten
su obra en una fuente histórica valiosa, que queda abierta a la interrogación
del historiador y ha cumplido con el objetivo que se propuso Heródoto de
perpetuar los hechos en la memoria.
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