Clío en el espejo

¡Hola, bienvenido!. Cada uno de nosotros construye y, a la vez, es construido por su historia en el espejo. Y la historia siempre llega a ser diáfana. Cada historia cuenta. Muchas gracias por la visita. ¡Éxitos y bendiciones!

Donde los sueños se hacen realidad

 
 
Donde los sueños se hacen realidad
 
De niños siempre hablábamos de nuestros sueños y deseos de lograr grandes cosas. Julián quería ser piloto de aviones y así poder divisar y conocer muchos lugares comenzando por  verlos desde las alturas. Alberto quería convertirse en una suerte de superhéroe o vigilante para proteger a nuestra familia y a los ciudadanos del mundo. Quizá mi sueño era el menos ambicioso y también el más improbable –o incluso imposible- pues, dado que era el hermano más pequeño, siempre quise ser mayor y ser el que disciplinase en vez de ser al que siempre disciplinaban.

Luego crecimos y ninguno se convirtió en nada de lo que habíamos soñado y hablado… Y entonces llegó ese fatídico y a la vez bendecido día.

Como todos los veranos, el verano que incluyo ese día íbamos a pasar un par de semanas en la playa. Empacamos pocas cosas, más que todo llevábamos  comida y bebida para pasárnosla bien y rememorar los viejos tiempos sólo nosotros, los tres hermanos. Decidimos viajar en la camioneta de Julián porque era la más amplia, pero la conduciría yo porque era el más avezado en la ruta.

-Conduce rápido pero prudentemente Ignacio – me sugirió Alberto, como siempre con su maña de guiarnos y cuidarnos.

-No te preocupes hermano, que yo soy un experto en la ruta como ya saben – le repliqué muy confiadamente. Y entonces de repente… en no más que un parpadeo….

-¡Oh no, lo siento,  qué aparatoso choque hermanos!, ¡y eso que yo era el experto!. Hemos de haber rodado por una montaña y caído a este callado y oscuro lugar. ¡¿Hermanos? ¿Alberto?  ¿Julián? ¿Dónde están?!.

- Aquí estoy Ignacio – me respondió Alberto.

Y me quedé estupefacto al ver cómo la voz de Alberto provenía de un pequeño y hermoso perrito.

- Estás pálido, ¿Qué te pasa Ignacio?– me inquirió mi querido hermano mayor que ahora era un lindo perrito guardián que se acercaba a protegerme.

- ¿Te has fijado en tu aspecto, Alberto? - balbuceé aún contrariado por lo que estaba viendo.

-Bueno, me he fijado en el tuyo que luces mucho más alto y mayor que yo… ¡Oh Dios ¿Qué es esto?, ¿me estoy lamiendo?!

-Sí, Alberto, te has transformado en un perro guardián y protector.

-Oh sí. Y tú ahora eres mayor que yo y puedes guiarme y disciplinarme. ¿Y Julián? 

-¿Juliááán? ¿Juliááán? ¿Juliááán? - gritábamos al unísono Alberto y yo totalmente sorprendidos por la situación pero poco a poco iluminándonos al ir entendiendo lo que había ocurrido.

-Aquí estoy hermanos – se oyó muy a lo lejos.

-¿Dónde Julián? – le preguntamos a nuestro amado hermano.

-Aquí arriba queridos hermanos, desde donde empiezo a divisar y conocer nuevos lugares – nos respondió Julián quien ya claramente había también entendido la situación.

-¡Oh, eres una estrella! – gritamos llenos de alegría.

Fuimos entonces testigos y entendimos que la muerte no es el final, sino que es un nuevo comienzo, es el lugar donde nuestros más anhelados sueños no realizados en la vida terrena se hacen realidad en formas increíblemente maravillosas.

Y así iniciamos nuestra nueva travesía para seguir floreciendo en el lugar donde los sueños se hacen realidad.

 
Créditos:

Imagen correspondiente al 5to concurso "ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN" en la comunidad de Google+ ALMAS DE BIBLIOTECAS Y CINES.  
 

NOTA:
Este relato se creó basado en la imagen de arriba y participa en el 5to CONCURSO “ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN” propuesto en la comunidad  ALMAS DE BIBLIOTECAS Y CINES en Google+ por los administradores del blog El Círculo de Escritores
 

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