Clío en el espejo

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Algo de estudio histórico: Facundo, Civilización y barbarie.


Crítica interna y externa sobre párrafo de texto Facundo, Civilización y barbarie.
 
"Hemos de cerrar voluntariamente la puerta a la inmigración europea que llama con golpes repetidos para poblar nuestros desiertos, y hacernos, a la sombra de nuestro pabellón, pueblo innumerable como las arenas del mar? ¿Hemos de dejar, ilusorios y vanos, los sueños de desenvolvimiento, de poder y de gloria, con que nos han mecido desde la infancia, los pronósticos que con envidia nos dirigen los que en Europa estudian las necesidades de la humanidad? Después de la Europa, ¿hay otro mundo cristiano civilizable y desierto que la América? ¿Hay en la América muchos pueblos que estén, como el argentino, llamados, por lo pronto, a recibir la población europea que desborda como el líquido en un vaso? ¿No queréis, en fin, que vayamos a invocar la ciencia y la industria en nuestro auxilio, a llamarlas con todas nuestras fuerzas, para que vengan a sentarse en medio de nosotros, libre la una de toda traba puesta al pensamiento, segura la otra de toda violencia y de toda coacción? ­Oh! Este porvenir no se renuncia así no más!."

Crítica externa.

Autor: Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888)

Obra: Facundo (Prólogo de Noé Jitrik). Ediciones de la Fundación Biblioteca Ayacucho. No. 12. Caracas, 1977. 286 págs.

1ra Edición: La obra se publicó por primera vez como folletín en el año 1845, en el diario El Progreso, en Chile, país donde el autor se encontraba exiliado, y en julio del mismo año se editó como libro con el nombre de: Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga. Y Aspecto Físico, Costumbres, y Hábitos de la República Argentina.

Dicha obra ha sido editada muchísimas veces en los 169 años que tiene de existencia y constituye un paradigma de la literatura histórica argentina.

Crítica interna.

              El párrafo analizado del libro Facundo, da cuentas de la propuesta del autor –quien llegó a ser presidente de Argentina entre 1868-1874- de apostar a la inmigración europea como mecanismo para poblar el territorio argentino que siendo tan vasto se encontraba bastante despoblado, inmigración que, además, según el autor contribuiría a eliminar la barbarie y promover la civilización[1] -contribuyendo entre otras cosas, con la mano de obra- que pese a la emancipación de Argentina de la metrópoli española, no había logrado avances en el desarrollo de la nación en los distintos ámbitos (social, económico, político) y ello, principalmente -según el autor y en general por los intelectuales de la época[2]- por la tara caudillista reflejo la incapacidad de los distintos grupos o etnias de la sociedad argentina (sean indígenas, mestizos, gauchos o españoles) en contribuir a dicho desarrollo sin la ayuda foránea.
 
             Estas propuestas de Sarmiento, por supuesto, no tuvieron eco–más allá de los atisbos de inmigración que en el párrafo analizado se expresan- en la práctica en el tiempo en que las propuso (1845) que corresponde al régimen del caudillo argentino Juan Manuel de Rosas -contra quien Sarmiento lucha aún desde el exilio y su obra Facundo constituye un elemento de lucha y crítica al régimen de Rosas-, pero para las tres últimas décadas del siglo XIX se promovió la inmigración extranjera –europea[3]- en Argentina que elevó ampliamente la población en dicho país y contribuyó al desarrollo parcial a corto plazo de la región –particularmente de la oligarquía emergente a lo largo de la época republicana y de las zonas metropolitanas[4]-. Sarmiento en su obra da cuentas de su visión ilustrada, en tanto que la idea de progreso se refleja claramente en su texto, así en el párrafo analizado se indica -de manera quizá demasiado optimista, posiblemente producto la visión romántica de la historia por parte del autor- en referencia a las beneficios de la inmigración: “bastaría por sí sola a sanar en diez años no más, todas las heridas que ha hecho a la Patria los bandidos[5]”.

Historiografía consultada

CARMAGNANI, Marcelo. Estado y sociedad en América Latina 1850-1930. Barcelona. Editorial Crítica. 1984. pp. 260.

DEL POZO, José. Historia de América Latina y del Caribe: 1825-2001. Lom Ediciones. 2002. pp. 286. Consultada en línea en mayo 2009 desde: http://books.google.co.ve/books?id=yTxmmx9n9e0C&printsec=frontcover&source=gbs_book_other_versions_r&cad=1_2

FERNÁNDEZ, Jorge; RONDINA, Julio César. Historia Argentina (Tomo 1. 1810-1930). Argentina. Universidad Nac. del Litoral. 2004. Consultada en línea en mayo 2009 desde: http://books.google.co.ve/books?id=SL1DZ-b2Q_IC&printsec=frontcover
 

HALPERIN DONGHI, Tulio. Historia contemporánea de América Latina. Madrid. Alianza Editorial, 2005. pp. 750.

ROMERO, José Luis. Latinoamérica, las ciudades y las ideas. México. Siglo XXI Editores. 2001. pp. 408.
 
SARMIENTO, Domingo Faustino. Facundo. Caracas. Fundación Biblioteca Ayacucho. No. 12. 1977. LIV + 318 págs. Edición digital descargada como Facundo.pdf en mayo 2009 desde Biblioteca Ayacucho en:
http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=8&tt_products=12

SORENSEN, Diana; AIRA, César. El Facundo y la construcción de la cultura argentina. Beatriz Viterbo Editora, 1998. pp. 251. Consultada en línea en mayo 2009 desde: http://books.google.co.ve/books?id=XoNl_G_gNSIC&printsec=frontcover



[1] Siendo barbarie y civilización las etapas del desarrollo social de la nación propuestas por el autor, barbarie representada por lo americano y lo europeo como paradigma de la civilización.
[2] En Argentina se desarrolló un movimiento intelectual en el año 1837, llamado la Generación del 37, influenciado por la corriente del  romanticismo –donde el sentimiento y no sólo la razón influían en el devenir histórico- y con ideas liberales, era un grupo que debatía sobre elementos de orden cultural, social, filosófico y político, y fundaron un Salón Literario que fue clausurado por el régimen de Rosas y que tuvo que seguir su desarrollo en la clandestinidad. Sarmiento se unió a este grupo ya en la clandestinidad, grupo del cual formaban partes intelectuales argentinos como Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi y Bartolomé Mitre, entre otros.
[3] Refiere Carmagnani que Argentina – entre otros países de América Latina- fue poblada por “inmigrantes de la Europa septentrional en un primer tiempo, y mediterránea a continuación”( Carmagnani,1984:33). Además, si bien Sarmiento durante su gobierno (1868-1874) promovió el desarrollo de la inmigración no fue sino en 1876 que se promulgó la  llamada Ley Avellaneda -por el presidente que sucedió a Sarmiento, Nicolás Avellaneda- que promovía la inmigración facilitando aún más las condiciones para los inmigrantes.
[4] Para más detalles de los beneficios de la inmigración y la inversión extranjera ver desarrollo de este punto en el próximo artículo en este blog.
[5] Los bandidos a que se refiere Sarmiento son principalmente los caudillos que dominaron el escenario político en Argentina durante lo que iba de la época republicana para la fecha de la publicación de la obra Facundo (1845), entre ellos Juan Facundo Quiroga y Juan Manuel de Rosas, representantes del sentir gauchesco argentino y que para el autor formaban parte de la barbarie que impedía el progreso de la nación.

Realizado por: Mery Pérez
Créditos:
photo credit: 15 de febrero. Aniversario del nacimiento de Domingo F. Sarmiento via photopin (license)

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