Clío en el espejo

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Algo de estudio histórico: Sobre “El sistema político gomecista” de Diego Bautista Urbaneja



 Sobre  “El sistema político gomecista” de Diego Bautista Urbaneja[1]
                                 
            Bajo la metáfora de una maquinaria, el texto de Urbaneja define un sistema político como la maquinaria que está encargada de producir las decisiones de rigor en la sociedad donde funciona, en ese sentido, las piezas que engranan la maquinaria del sistema político gomecista  -sistema que se forma sobre las bases de la decadencia del caudillismo que caracterizó el estamento de poder en la sociedad venezolana en la segunda mitad del siglo XIX, y que en definitiva, sella su extinción- son delimitadas por Urbaneja como las siguientes cuatro: los llamados “doctores”  o intelectuales –en general de pensamiento positivista- que contribuyeron con la parte administrativa y organizativa de la nación, y que apoyados en la paz –vista como sinónimo de estabilidad del poder, por lo demás, un régimen harto violento- que proporcionaba el régimen gomecista, generaban ideas para apoyar el desarrollo de la modernización buscada en el país, a través de la modificación de la geografía -para ayudar entre otras cosas con la comunicación-, la promoción de la inmigración para modificar la organización social del país, el cambio histórico con la eliminación del factor caudillo característico de la historia reciente a la sazón en el país. 

Una segunda pieza -sin que el número de orden constituya el nivel de importancia- del sistema político gomecista la constituyen los allegados a Gómez, por razones fraternas sea de sangre o por amistad con el Benemérito y que contribuyeron con la visión patrimonialista que Gómez le infligió a su gobierno, siendo tanto ellos como Gómez los beneficiarios de los privilegios provistos por ese carácter patrimonialista –esto es, donde Gómez manejaba los bienes de la Nación como si fuesen de su propiedad- que constituyó al régimen gomecista en un régimen de peculado y represión, ya que los beneficiarios en el proceso sólo eran aquellos que Gómez decidiera, los que se rebelaban contra el régimen tomándose atribuciones no dadas por el dictador eran reprimidos. La tercera pieza, el Estado, que se organizaba bajo legal y administrativamente, bajo la subordinación a los intereses del régimen de Gómez, en una atmósfera de control total por parte del dictador sobre el resto de sus subordinados.

Como cuarta pieza, está el propio Gómez, siendo la pieza más importante, en tanto que ejerce el control sobre todas las demás, y los mecanismos y razones por los que fue tan exitoso en ese control aún son motivo de estudio por los académicos; según Urbaneja, las maniobras psicológicas con las personas, la permisividad de hechos sujeta a los intereses gomecistas, la forma en que Gómez actuó en referencia a la presencia de inversionistas internacionales y el factor petróleo, entre otras, contribuyeron con el éxito de Gómez en controlar el poder en el país representándolo con la tríada -propuesta por Ramón J. Velásquez- Jefe-Ejército-Administración, donde el poder se centraliza, y el proceso modernizador va en función siempre de los intereses del gobierno gomecista, no obstante, la modernización generó cambio y progreso irreversible en el país –como por ejemplo, en la fuerza armada- y en la Venezuela posterior a Gómez, lo moderno no se subordinó al personalismo y contribuyó al adelanto político –no más gomecismo- en los regímenes de la Venezuela posterior a Gómez.


[1] Diego Bautista Urbaneja. El sistema político gomecista. En: Juan Vicente Gómez  y su época. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, 1993. pp. 59-79.

Créditos:
photo credit: Reindertot via photopin cc

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