Clío en el espejo

¡Hola, bienvenido!. Cada uno de nosotros construye y, a la vez, es construido por su historia en el espejo. Y la historia siempre llega a ser diáfana. Cada historia cuenta. Muchas gracias por la visita. ¡Éxitos y bendiciones!

Encerrado


Encerrado

No podía moverse. No entendía qué le sucedía. En sí no entendía qué estaba sucediendo. La sensación de no poder moverse le parecía absurda toda vez que no estaba despierto... pero la situación era tan vívida que parecía estarlo. Trataba de hablar, de gritar, pero sus labios permanecían bien cerrados. Veía a las personas a su alrededor que lo miraban con tal ternura y tristeza a la vez,  y quería preguntarles el porqué de esas miradas, pero no podía hablarles. 
¡No, no podía moverse!. Estaba paralizado. Algunos murmuraban a su alrededor pero no alcanzaba a oírlos. Nadie se atrevía a dirigirse a él más que para darle una mirada compasiva. Estaba encerrado dentro de sí mismo en un sueño aterrador… ¿O no era un sueño?  ¿Estaría despierto? ¡Oh, sí que lo estaba!. Javier había sufrido un grave accidente mientras patinaba en el que golpeó su cabeza sobre el pavimento perdiendo su actividad motriz y quedando confinado a una cama. Ahora Javier sólo existía para sí mismo, para los demás era sólo un cuerpo inerte que yacía en esa cama mantenido "vivo" por una máquina y por quien -pensaba la mayoría- no quedaba nada más que hacer que desconectar.


Créditos:
photo credit: Locked! via photopin (license)

NOTA:
Este microcuento participa en el Concurso de microcuentos "MICROTERROR III" propuesto por el blog  "El círculo de escritores" y la comunidad Relatos Extraordinarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario