La interdisciplinariedad y la Historia y la Antropología
La interdisciplinariedad constituye hoy día un recurso frecuentemente
utilizado en el ámbito de las Ciencias Sociales y en la Historia. En este
sentido grupos de discusión histórica como Historia
a Debate[1] el
cual da una nueva propuesta historiográfica fomenta la interdisciplinariedad – y propone
mecanismos para implantarla- como uno de los puntos a desarrollar en su
propuesta historiográfica, esto lo hace desde el año 2001 al redactar su
Manifiesto.
Sin embargo, no es una cuestión del siglo XXI el planteamiento de
la interdisciplinariedad entre las distintas ciencias y la Historia, ya Marc Bloch y Lucien Fevbre al fundar la Escuela
de los Annales, allá por el año 1929, abrieron el camino al desarrollo de
esta interdisciplinariedad al dar un nuevo enfoque metodológico al estudio de
la Historia que como la definió Bloch
es la “ciencia de los hombres en el
tiempo” y además promueve el enfoque de Annales la ampliación del ámbito de
estudio de la historia en el sentido de trascender el estudio de lo puramente
político y global y abarcar todo lo relacionado con el hombre (esto es, sus
relaciones humanas particulares en lo social, económico, religioso, etc.) y a
todo nivel, es decir, no sólo en el nivel de los vencedores o de las élites
sociales; así al construirse la interpretación histórica mediante una
interrelación de elementos y crecer en ese sentido su objeto de estudio, se
hace pertinente incrementar sus fuentes y mecanismos de análisis, y contar o
tener en cuenta el conocimiento producido por otras ciencias sociales que
pudiesen contribuir con la investigación histórica.
En este sentido la
Antropología y otras ciencias cercanas a ella como la Etnología, no quedan
fuera de las ciencias que pueden aportar información a la Historia. El enfoque propuesto
por Annales se ve también en el texto
del antropólogo estructural Claude
Levi-Strauss, Historia y Etnología
donde incluso ya se plantea la importancia de la relación de las ciencias al concluir,
quizá demasiado radicalmente pues generaliza al indicar dependencia más que complementariedad, que –hablando particularmente
de la investigación en la Historia y la Etnología: “Sólo cuando ambas aborden conjuntamente el estudio de las sociedades
contemporáneas, se podrán apreciar plenamente los resultados de su colaboración
y se llegará a la convicción de que, en ese caso como en los demás, nada puede
la una sin la otra”(Levi-Strauss,sin
año:26).
También se tiene que para la década de los 70’s y 80’s del siglo
XX varios historiadores plantearon diversas discusiones -que se cristalizaron
en artículos- y que abordan la temática de la relación de la Historia y la Antropología y dan ejemplos varios de
las posibles maneras de relacionarse dichas ciencias y de cómo ellos han caído
en cuenta de la pertinencia de la interdisciplinariedad; así se tiene en el
texto de Keith Thomas, Historia y
Antropología, que indica que en definitiva la diferencia entre la
Antropología y la Historia radicaría en que la primera se acerca más a su
objeto de estudio que la segunda, ya que el Antropólogo hace un trabajo de
campo que el historiador no, y en ese sentido las fuentes y conclusiones del
antropólogo pueden complementar el análisis del historiador que sólo se acerca
a la sociedad en estudio a través del documento.
Así que, se acota en
este ensayo que esta posibilidad de realizar trabajo de campo que tiene el
antropólogo la tiene con sociedades que existan aún, pero no todo el objeto de
estudio del antropólogo o el historiador es susceptible de ser trabajado en
directo, pues el factor paso del tiempo tiene una gran influencia y muchas
sociedades están extintas pues sociedades pasadas se extinguen y quedan
entonces sólo restos arqueológicos y documentos que dan cuenta de esas sociedades.
No obstante, en particular, el estudio de la historia de las culturas indígenas
americanas –y específicamente la venezolana-, el antropólogo con esa
característica de realizar trabajo de campo y llegar a interpretaciones de
acuerdo a su experiencia puede aportar al historiador material de relevancia
que le permita abordar la historia de las culturas indígenas bajo una
metodología más idónea exenta de las taras que a lo largo del tiempo se han
desarrollado sobre el estudio de esas culturas; como ejemplo de esto podemos
citar el ejemplo mencionado por Keith Thomas
en referencia al abordaje de la brujería:
“Elementos
tan característicos de una sociedad primitiva como la brujería o la venganza de
sangre forman una parte importante de las preocupaciones cotidianas del
antropólogo, mientras que para el historiador constituyen una materia
relativamente exótica. No significa esto que se puedan obtener de la
antropología leyes universales evidentes sobre la brujería, pero, al menos, un
poco de familiaridad con sus hallazgos evitaría que los historiadores
sucumbieran a la tentación de considerar esta práctica como una extraordinaria
supervivencia de lo irracional, que ha de ser explicada con los volterianos
argumentos de la astucia clerical y la credulidad popular”(Thomas, 1985:67)
La mayoría de los textos analizados para la realización de
este ensayo, que analizan la relación sobre la Historia y la Antropología dejan
claro que los óbices que se han presentado para la interrelación de dichas
ciencias han sido generados por premisas erradas, así, como ejemplo de esto
paradigmas erróneos, menciona Charles
Radding en su texto Antropología e
Historia o el traje nuevo del emperador : “E.P. Thompson, por ejemplo, ha puesto en guardia a los historiadores
contra el peligro de ser atrapados en los “recónditos asuntos” de los
antropólogos, por lo que resulta difícil entender en qué modo los asuntos de la
antropología son más recónditos, digamos, que los de Marx” (Radding,1984:105,106).
En referencia a la cita anterior, puede decirse que posiblemente factores como el
problema de la búsqueda de absorción de la historia en otras ciencias o el
miedo a la imposición de mecanismos no pertinentes, ha generado muchas veces
ese rechazo por parte del historiador a las interpretaciones y estudios de las
demás ciencias; pero la interdisciplinariedad no debe buscar la homogeneización
que muchas veces es promovida por la sociedad supuestamente “globalizada” sino
más bien aboga por una complementariedad que enriquezca a las ciencias, en caso
de historiador, a la ciencia histórica pues nutrirse de las otras ciencias
tiene objetivos de colaboración a la Historia pues como lo refiere Radding: “La elección no es entre hechos y teoría, sino entre teoría consciente e
inconsciente, entre teoría aplicada bien o mal, o –por decirlo de otra forma-
entre escribir la historia mejor o contentarse con una menos buena”(Radding,1984:113).
Los historiadores y quienes se preparan para serlo deben sentirse contentos de que
la búsqueda de esa interdisciplinariedad entre las ciencias, y particularmente
entre la Antropología y la Historia, haya dado y siga dando sus frutos, y hoy
día se promueva una interdisciplinariedad libre de las malas aplicaciones, y
deben seguir contribuyendo a fomentar dicha interdisciplinariedad – pues como
se desprende de la bibliografía analizada la Antropología particularmente tiene
mucho que ofrecer a la Historia- y a perfeccionarla en aras de contribuir a
mejorar la producción del conocimiento histórico que permita contribuir a
entender el pasado, entender en presente y ¿por qué no? contribuir a lograr un mejor
futuro.
BIBLIOGRAFÍA
BLOCH, Marc. Introducción a la Historia.
México. Fondo de Cultura Económica.
LEVI-STRAUSS, Claude. “Historia
y Etnología”. En: LEVI-STRAUSS,
Claude. Antropología Estructural,
PEÑA, Luis. Construyendo historias
(Orientaciones sobre técnicas y métodos de la Investigación Histórica).
Caracas. Ediciones de la Biblioteca - UCV. 2000. pp. 174.
RADDING, Charles M. “Antropología e Historia o el traje del nuevo emperador”, Quaderni
Storici. 57/a XIX.
Nro. 3, Diciembre 1984.
THOMAS,
Keith. “Historia y Antropología”, Past
and Present. Nro. 24., 1963. pp. 62-80.
THOMPSON, E.
P. “Folklore, Antropología e Historia
Social”, Indian Historical Review. Calicut, Kerala, 1976.
WICKHAM, Chris. “Comprender
lo cotidiano: Antropología social e Historia”, Quaderni Storici. 60/a
XX. Nro. 3, Diciembre 1985.
[1] Para mayor información
sobre la propuesta historiográfica del grupo Historia a Debate visitar en
Internet el sitio www.h-debate.com
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