“Al paso que la historia es la impecable vestal, sin odios ni amor, que alumbra las sombras de lo pasado con la sacra antorcha de la ciencia y del arte, para que la humanidad, por escarmiento propio, rectifique sus métodos de mejora en la vía, por lo común dificultosa, de su progreso y civilización" Laureano Villanueva
I.- Título tentativo
La idea de progreso en la Constitución venezolana de 1830.
II.- Tema y Propuesta
La idea de progreso como categoría sobre la que se apoya el proyecto político que buscan delimitar los constituyentes venezolanos de 1830 y que plasman en la Carta Magna sancionada por el Congreso Constituyente el 22 septiembre de 1830, donde el proyecto de país se fundamentó en la arista material de la idea de progreso por sobre la arista moral de ésta.
III.- Antecedentes
La historia de Venezuela en los años posteriores a la
disolución de la Gran Colombia, que comienzan en el año de 1830,
tuvieron inicialmente en la historiografía un trato que los condujo a una
relegación al olvido de dicha época, toda vez que, como bien lo planteó el
historiador Elías Pino Iturrieta[1],
dichos años eran vistos con desdén pues se asociaban con el fin del ideario de
la Gran Nación progresista propuesta por el Libertador Simón Bolívar,
perdiéndose el norte propuesto y hundiéndose a la Patria por la traición al
ideal bolivariano por el cual la Venezuela independiente purgaba culpas con las
continuas y aciagas contiendas y guerras que se dieron a lo largo del siglo XIX
y que por ese pecado incluso aún hoy día, para muchos, se siguen purgando esas
culpas. Sin embargo, lo que se ha desarrollado en el
terreno historiográfico de dicho período se ha incrementado a lo largo de los
años, con estudios del mismo Pino y otros historiadores[2],
buscando ofrecer una visión menos negativa y sesgada del período[3].
Así pues, la inicial poca atención prestada al tema de la
Venezuela independiente, cuando no su anatemización, creó en un principio un
vacío en el conocimiento histórico profundo de dichos años, a todo lo largo del
siglo XIX y en gran parte del siglo XX que generaron un desfase en el estudio
de dichos años que poco a poco se ha ido llenando con el desarrollo historiográfico
a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. Como iniciales abordajes en
profundidad del siglo XIX y la época que incluye a la formación de la Venezuela
republicana, tenemos el extenso y documentado trabajo de González Guinán
–activista liberal de su época- en su Historia Contemporánea de Venezuela
que se comenzó a editar en 1891, la cual provee información pormenorizada de
carácter narrativo y descriptivo relativo al siglo XIX. Por otro lado, se
tienen los estudios positivistas como los de José Gil Fortoul en su Historia
constitucional de Venezuela editada entre 1907 y 1909[4]
y Laureano Vallenilla Lanz en Cesarismo Democrático
en 1919, quienes dentro de su evolucionismo positivista, ofrecen planteamientos
que tratan de ser objetivos como positivistas que son, analizando cualitativa y cuantitativamente el
dato histórico y el hecho histórico per se, y dando cuentas del
desarrollo del proyecto de nación venezolana, tal como refiere Gil Fortoul,
tratando de desarrollar su Historia constitucional de Venezuela no
anatemizando ni encomiando a los hechos y actores sociales de su historia que
se enfoca en el elemento constitucional; Vallenilla Lanz se aboca al elemento
político y a definir cómo el caudillo constituyó un elemento constante a todo
lo largo del desarrollo histórico del siglo XIX e inicios del siglo XX, para
muchos con fines de legitimar la dictadura a la sazón de Juan Vicente Gómez.
En referencia
específica a los hechos acaecidos e ideas propuestas a lo largo del proceso
constituyente de 1830 realizado por los venezolanos promotores de la escisión
de la Gran Colombia y formadores de la República de Venezuela, indica Tomás
Polanco Alcántara lo que a ese respecto se ha hecho en la historiografía en su
prólogo al texto La Constitución de 1830
(el debate parlamentario y la opinión de la prensa) de Eleonora Gabaldón.
Allí refiere Polanco Alcántara que, previo al pertinente y bien fundamentado
análisis de Eleonora Gabaldón del proceso constituyente venezolano de 1830,
‘Poco
se había hecho sobre el particular, quizá porque fue sólo muy recientemente
cuando se pudieron conocer los debates de ese Congreso. Hasta la mencionada
publicación solamente eran conocidos tales debates por el resumen que,
parcialmente, hizo de ellos Don Feliciano Montenegro y Colón, en su “Historia
de Venezuela”, publicada en 1837 y que prácticamente estaba desaparecida de
circulación, hasta ser reeditada por la Academia Nacional de la Historia el año
de 1950 en su serie “Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela” (No. 26)
con un excelente estudio introductorio de Don Alfredo Boulton. Los
historiadores se debieron limitar, probablemente por responder a una diferente
actitud intelectual, a casi únicamente exponer, con cierta aproximación, lo que
entonces pasó’[5]
Los debates del Congreso
mencionados por Polanco Alcántara fueron editadas como Actas del Congreso
Constituyente de 1830 -en cuatro tomos- entre 1979 y 1980 por el Congreso
de la República. En la edición de dichas Actas se da un breve esbozo de su
devenir historiográfico, indicando que mucha de la información de las
transcripciones de las Actas de Constituyente se perdieron y que, además, se les otorgó poco
interés a las Actas mismas.
Como lo refiere el
título de este proyecto de investigación lo que se desea desarrollar es la idea
de progreso que se manejó en el Constituyente de 1830 y que quedó plasmada en
la Constitución sancionada en dicho año. Así que, nuestro estudio es un estudio
de historia social de las mentalidades, en este caso de la élite dirigente
involucrada en el Constituyente, por tanto, del lado de los políticos pero en
su relación con el todo social. El
mencionado texto de Eleonora Gabaldón de 1991 constituye un precedente
importante porque la autora busca en su obra analizar tanto más el por qué que
el cómo del proceso constituyente venezolano del año 1830 y ofrece elementos
pertinentes a nuestro estudio que se enfoca también en el cómo y en el por qué
de los hechos mediante un análisis crítico. Un artículo en la revista Politeia
denominado La Idea de progreso en el montaje del Estado
venezolano 1870-1877 de Élide Rivas de 2001, apunta a
elementos similares a los que se buscan estudiar en este proyecto en particular
a lo del ideal de progreso y su fundamentación en el ideario racional pero en
años posteriores a los de este estudio y además enfocado principalmente en el
tema político de los caudillos y las relaciones de poder, que igualmente no
pueden ser ignoradas en nuestro estudio por la dinámica histórica que envuelve
el tiempo y espacio estudiados.
Los estudios de la formación histórico social de
Venezuela de Germán Carrera Damas en CENDES y
particularmente su categoría desarrollada del Proyecto Nacional desde
los años 80’s del siglo XX en textos como Una nación llamada Venezuela
resulta pertinente y antecedente a este estudio toda vez que el proyecto de
nación lleva implícito los mecanismos de progreso. La categoría de Proyecto
Nacional definida por Carrera -cuya formulación se desarrolla según el autor
entre los años 1830 y 1870- como mecanismo ideológico de la clase dominante y
expresión y elemento de la dominación de dicha clase o élite dirigente define
los elementos de organización y funcionamiento de la sociedad con el objetivo
subyacente de mantener, reafirmar y ensanchar la posición que en la sociedad ocupa
esa clase dirigente, además de dirimir cuál sector de dicha clase será el
hegemónico definitivo.
Los trabajos referentes a las ideas políticas en
Venezuela de Graciela Soriano, v.g., Venezuela 1810-1830: aspectos
desatendidos de dos décadas, ofrecen categorías y elementos de análisis del
ideal de progreso como el carácter discrónico de la historia venezolana, donde
los elementos políticos, sociales, económicos,
técnicos y jurídicos se
desarrollan de manera desnivelada donde unos se desarrollan más que otros, y
propone elementos a considerar para entender lo confuso de la relación entre
las llamadas castas y la clase dominante de los blancos criollos después de la
emancipación, toda vez que los primeros tienen que verse gobernados y dominados
por quienes en el pasado reciente les proscribían de acceder a los derechos, y
lo difícil del cambio de parecer en tan poco tiempo. Otros trabajos de historia de las ideas
políticas los ofrece Diego Bautista Urbaneja, v.g., en su La idea política
de Venezuela: 1830-1870, donde ofrece elementos que definen el proyecto de
nación que se propone el ideario político venezolano e indica como lo jurídico
y político prima sobre lo económico y social en el desarrollo de ese proyecto
de nación, dando cuentas de lo que refiere Vallenilla Lanz en cuanto a que los
políticos venezolanos manejaban la concepción de los ideólogos de la Revolución
Francesa en cuanto a que un pueblo podía transformarse a coups de décrets, esto es, a punta de decretos, con sólo
constituciones de papel y no con la implantación efectiva.
En el caso particular de la Historia de las mentalidades, que
en la historiografía venezolana se comenzó a desarrollar hacia 1985 con
trabajos referentes al siglo XVIII como los de los historiadores José Ángel
Rodríguez y Elías Pino Iturrieta,
resultan relevantes a nuestra investigación los desarrollados por este
último autor referentes al siglo XIX. Textos tales como: Las ideas de los
primeros venezolanos, Venezuela: País archipiélago: 1830-1858, Fueros,
Civilización y Ciudadanía, Ideas y mentalidades de Venezuela, La
mentalidad venezolana de la emancipación, entre otros, ofrecen -además de
ser fuentes que permiten tener un conocimiento amplio del período a estudiar-
una amplia gama de elementos referentes a las ideas de la época en estudio en
cuanto al liberalismo, el pensamiento ilustrado, las expectativas de la clase
dominante de los blancos criollos, las diferencias que emergen dentro de dicha
clase, las visiones en cuanto al trabajo, la educación, el delgado hilo de la
cohesión social existente, etc., que sirven de insumos al análisis de la
concepción o idea de progreso en el momento histórico analizado en este trabajo
de investigación.
Otro trabajo de historia de las mentalidades y asociado al
ideal de progreso es el de Lucía Raynero en La noción de libertad en los
políticos venezolanos Siglo XIX 1830-1848, publicada en 2001, quien ofrece
elementos para entender la idea de libertad que poseía el colectivo político en
los años iniciales de la Venezuela independiente, y la preponderancia en el
país de la ideología liberal ecléctica[6] y sus influencias foráneas en los políticos
venezolanos en la época estudiada.
La compilación Pensamiento político venezolano del siglo
XIX (1960-1962) y sus prólogos ofrecen elementos para la comprensión de las
ideas políticas y sociales y el proyecto e ideario de progreso nacional durante
dicho siglo, toda vez que dicha compilación surge con el fin de ofrecer textos
para el estudio de la historia política venezolana. De dicha compilación hicimos
una selección de textos de los años inmediatamente anteriores y posteriores que
aportan elementos a nuestro aparato crítico en lo referente al análisis de
influencia de la idea de progreso liberal en el ideario republicano.
El desarrollo del ideal de progreso en los primeros
venezolanos es heredero de los ideales de los venezolanos protagonistas de la
emancipación, de hecho muchos de los dirigentes protagonistas –más bien la
mayoría- en la Venezuela independiente pertenecieron a la generación libertaria
y en ese sentido, investigaciones referidas al estudio de la historia de las
ideas políticas que definieron el pensamiento político de la emancipación son
antecedentes de este estudio, que permiten entender el influjo del pensamiento
ilustrado y la ideología liberal en la conformación de las ideas de
independencia y de la república liberal. Se consultan compilaciones
documentales editadas inicialmente a finales del los años 70’s del siglo XX
referentes al proceso de emancipación hispanoamericana como el Pensamiento de la Ilustración de José Carlos Chiaramonte que busca ofrecer
documentación que indique cómo el
pensamiento ilustrado se difundió por Iberoamérica en la segunda mitad
del siglo XVIII y en los comienzos del XIX, enfocándose en los escritos de
corte económico y social que dan cuenta de la forma de adaptación del
pensamiento ilustrado en los futuros países independientes de América; el Pensamiento político de la emancipación de
José Luis Romero y en el caso de la emancipación venezolana recopilaciones como
el Pensamiento político de la
emancipación venezolana realizada por Pedro Grases, compilaciones que se
enfocan en textos políticos de los precursores de la emancipación americana y
de quienes dirigieron los caminos en sus inicios de las nacientes repúblicas
independientes, teniendo en cuenta que el nacimiento del pensamiento
emancipador se encuentra más allá del ámbito de la América española, en los
textos que fundaron la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados
Unidos, pero que su adecuación en las futuras nuevas naciones –adecuación
reflejada en sus textos- contribuye a analizar la historia de las décadas
inmediatamente posteriores a las guerras de la Independencia..
Francois Xavier Guerra, en su trabajo Modernidad e independencias ofrece elementos que dan cuenta del
sincretismo[7] entre el ideario político
monárquico y el republicano en las colonias americanas que se extendió
efectivamente a las repúblicas americanas formadas.
En cuanto a la historia de la idea de progreso el clásico La Idea de Progreso de Jonh Bury y la Historia de la Idea de Progreso de Robert Nisbet constituyen bibliografías claves para el análisis de dicha idea en cualquier ámbito. Para nuestro estudio estos dos textos constituyeron la fundamentación del desarrollo histórico y características de la idea de progreso como categoría de análisis principal de nuestro estudio dentro de la coyuntura histórica venezolana del año de 1830.
IV.- Justificación del tema
Nuestra
propuesta de investigación se orienta a analizar la idea
de progreso -sustentada en el ideal de progreso liberal civilizador del ideario
racional- como categoría definitoria del proyecto de país plasmado por los
constituyentes venezolanos en la Carta Magna de 1830, y por tanto definitoria
de los mecanismos de cambio social requeridos para el logro de ese ideal de
progreso, bajo la tesis de que en el proyecto de país venezolano se le dio
preponderancia a la arista material del ideal de progreso por sobre la arista
moral de éste.
Enmarcado
en el campo de la historia social de las mentalidades de la élite política en
su interrelación con el todo social, la importancia del análisis histórico de
la concepción del progreso en los dirigentes de Venezuela en sus inicios se
centra en la comprensión de los elementos que definieron esa concepción de
progreso dentro un ideario de formación de un Estado de Derecho liberal
republicano, al cual se oponían los antecedentes de una Venezuela con una
tradición monárquica.
Dados
sus efectos en el largo plazo, la concepción liberal del
progreso originada por la modernidad racional entre los siglos XVIII y XIX,
empezó a cuestionarse fuertemente a principios del siglo XX y se encuentra
mundialmente cuestionada hoy día, pues dicha concepción no ha tenido consecuencias
igualmente satisfactorias para los distintos factores de la sociedad, por lo
que con nuestro trabajo tenemos la oportunidad de delimitar las características
de dicha idea de progreso en el ámbito venezolano decimonónico y de analizar el
por qué del efectivo éxito o fracaso –dadas sus inmediatas consecuencias- de su
implantación en la Venezuela independiente en sus inicios.
El tema
de nuestra investigación constituye una oportunidad para profundizar y abordar
en forma diversa elementos históricos de los inicios de la Venezuela
independiente y, particularmente, analizar y entender el papel jugado por la
idea de progreso en la delimitación del proyecto de país
en los albores republicanos venezolanos en el año 1830, comprender sus
influencias por el liberalismo decimonónico y su ideal civilizador racional, y
como dicha noción de progreso fungió como norma para definir el orden de la
sociedad y establecer los mecanismos de impulso y freno al cambio social
requeridos para el logro de ese ideal de progreso, ideal al cual se oponían la
tradición y antecedentes de una Venezuela con un historial monárquico reciente,
con hábitos y educación contrarios a la organización social propuesta, buscando
con esta investigación continuar con el fomento de perspectivas abiertas y críticas
de
comprensión de la sociedad venezolana decimonónica y la de la actualidad,
abordando elementos que en el ámbito historiográfico en nuestra Escuela de
Historia no han sido estudiados ni extensamente ni de forma específica como la
idea de progreso y la visión del trabajo en Venezuela.
En lo que se refiere al período de estudio, nuestro trabajo se enfoca en analizar la idea de progreso en la Constitución venezolana de 1830, sin embargo el límite de tiempo y de elementos para el análisis no pueden ser restringidos a la Constitución del año 1830, pues se requiere hacer referencia en el trabajo a información de antecedentes inmediatos y de años inmediatamente posteriores que se relacionen con los elementos de la investigación y que permitan dar cuenta de las características y consecuencias en el corto plazo del ideal de progreso que rigió en el ideario y mentalidad de la Venezuela independiente incipiente.
V.- Planteamiento del tema
En este trabajo de investigación
se busca analizar el papel jugado por la idea de progreso en la formulación del
Estado nacional venezolano en la Constitución sancionada en 1830, teniendo en
cuenta sus manifestaciones en cuanto al progreso como adelanto tecnológico
hacia la industrialización y el capitalismo, y particularmente como definitorio
del orden social y del desarrollo del individuo en colectividad dentro de la
ideología liberal civilizadora del ideario racional, que condicionó la
definición del proyecto de nación venezolano incluso desde antes del período de
la emancipación, y que determinó los mecanismos de impulso y freno al cambio
social requerido para el progreso, siendo objetivado[8]
ese progreso en el alcance del Estado moderno liberal, en donde la arista
material del ideal de progreso tiene preponderancia por sobre la arista moral
de dicho ideal.
La idea de
progreso puede considerarse tan vetusta como la historia de la humanidad, no
obstante, el nacimiento de la idea occidental racional del progreso puede
ubicarse a mediados del siglo XVIII, enmarcada dentro del desarrollo de la
Ilustración y de la sociedad burguesa, unida a una comprensión del devenir
temporal y de la historia que supera la noción ofrecida por el cristianismo y
se encuentra sustentada en la razón. El ideal cristiano del logro de felicidad
futura en la vida eterna desaparece de la conciencia de la modernidad racional,
pero se mantiene la esperanza de un futuro feliz indeterminado pero de progreso
lineal e ilimitado, de allí su indeterminación. La idea
ilustrada de progreso entraña -además de esa indeterminación respecto de lo que
depara el futuro- una nueva concepción del hombre y su lugar y objetivo en el
mundo. En ese sentido, ahora las fuerzas inherentes del hombre son las
determinantes de la transformación del mundo en un uso racional de su libre albedrío
y no en la dependencia de la divinidad según promulgaba el cristianismo.
El vocablo progreso involucra
factores diversos: el avance de la ciencia, la tecnología y el conocimiento en
general, la sociedad industrializada, el dominio técnico de la naturaleza, la
urbanización, la evolución social representada por los avances de la Europa
decimonónica como civilización ideal que entraña el progresivo advenimiento de
una sociedad capitalista, el progreso en el mundo animal y vegetal y, también,
en lo que se refiere al ser humano, la idea de la perfectibilidad de la
humanidad, donde dicha idea de progreso como categoría clave en la
historiografía decimonónica, implica la existencia de un sentido de mejora en
la condición humana de forma lineal, insoslayable e irreversible. Así los ideales filosóficos de la historia de escritores
como Turgot, Voltaire y Condorcet, se basaron en esta idea de progreso
indefinido de la humanidad. Algunas de las más importantes concepciones de la
historia que confiaban en el progreso social fueron los análisis de Condorcet
sobre la inteligibilidad de las diversas fases del progreso de la humanidad, o
el positivismo evolucionista de Augusto Comte. El ser humano sería concebido
como perfectible, capaz de desarrollarse indefinidamente mediante una correcta
educación, mediante su capacidad de
raciocinio. Así, a partir del siglo XIX, la concepción del progreso,
como secularización de la gracia divina, se relacionó con el desarrollo de la
razón humana en un proceso indefinido y de perfectibilidad infinita, tal como
las potencialidades infinitas de esa razón.
Así que, conociendo que el estudio de las características del entorno político y la propuesta de país desarrollado para la época analizada ha ido progresivamente incrementándose a lo largo de los años, como se ha destacado, y fundamentándonos en que se definió el proyecto patrio pensado por los primeros venezolanos mediante la especificación y arraigo del de un Estado liberal con un objetivo subyacente de definir y consolidar el sector hegemónico de la clase dominante criolla[9], nuestra investigación, en consecuencia, busca ofrecer una perspectiva de análisis crítico teniendo en cuenta y ofreciendo un breve análisis del desarrollo de las características de ese proyecto de nación[10], y esbozando analíticamente, en general, las implicaciones sociales que acarreaba y acarreó para los distintos factores sociales la idea de progreso subyacente en la Carta Magna sancionada por el Constituyente de 1830.
VI.- Objetivos
Objetivo General
El propósito fundamental del trabajo es el de analizar el arraigo de la idea de progreso -sustentado en el ideal de progreso liberal civilizatorio del ideario racional- en el proyecto de país propuesto en el año 1830 en la Constitución sancionada, donde la idea de progreso fungió como generadora de la inteligibilidad social y por tanto definitoria de los mecanismos de cambio social requeridos para el logro de ese ideal de progreso en el desarrollo histórico en la época a analizar, destacando que el proyecto de país se fundamentó en la arista material de la idea de progreso por sobre -y en detrimento de- la arista moral de ésta, bajo el supuesto de que el progreso económico conduce necesariamente al progreso social.
Objetivos específicos
·
Delimitar las características, debilidades y fortalezas de la
idea de progreso como motor del cambio social según la concepción eurocéntrica
liberal, mediante el seguimiento de su desarrollo histórico.
·
Señalar las características preeminentes dentro de la
concepción de progreso desarrollada en Venezuela por el Congreso Constituyente
venezolano del año 1830 y su similitud y/o diferencias con la teoría liberal
eurocéntrica, esto es, sus posibles adaptaciones a la realidad nacional a la
sazón.
·
Establecer los elementos que se consideraron requeridos para
el logro del progreso que, en definitiva, definen la concepción del progreso,
como el trabajo, la educación y la población como elementos civilizatorios.
·
Especificar los mecanismos o la realidad institucional
definida como requerida para el progreso como la Constitución, el Estado
liberal.
·
Definir el sector civilizador y el sector a civilizar para el
logro del progreso.
· Precisar las prioridades otorgadas a los elementos definidos para el progreso y cómo se desarrolla la dicotomía impulso/freno al cambio social de acuerdo a esas prioridades.
VII.- Metodología
La elaboración de la monografía o discurso histórico, al
ubicarse dentro de la disciplina histórica, involucra la utilización de las
técnicas de investigación para la realización de cualquier ejercicio de
análisis e interpretación histórica. Para el caso de esta investigación se
trabaja fundamentalmente dentro de la visión del
funcionamiento de la sociedad o metaparadigma moderno y la vertiente estructuralista
del mismo, estudiándose las relaciones entre las
estructuras y los factores cambiantes de la sociedad- utilizando el método
científico dentro de los parámetros de las ciencias sociales y haciendo uso de
técnicas como la ofrecida por la categoría del paradigma indiciario[11]
de Carlo Ginzburg, la cual indica que se realice una interrogación
profunda y meticulosa a la información de la que se dispone, sin menospreciar
ningún dato por menudo o irrelevante que pueda parecer en una primera revisión.
Por tanto,
llevamos a cabo un minucioso arqueo de fuentes bibliográficas con la intención
de estructurar un marco teórico-histórico respecto al análisis de la época y lo
referido a la concepción del progreso, además
de obtener información relativa a otras fuentes bibliográficas y
documentales. Particularmente los textos de Elías Pino Iturrieta, Lucía Raynero
y Diego Bautista Urbaneja nos proveyeron de un caudal importante de fuentes de
tipo bibliográfico y más importante aún, de tipo documental que nos permitieron
acercarnos de manera más efectiva a las fuentes documentales. Por ello, en
paralelo, realizamos una búsqueda de
material documental con el fin de seleccionarlo, analizarlo, clasificarlo para
su comprensión y valoración crítica teniendo en cuenta que es un estudio de
Historia social de las mentalidades, en consonancia con los objetivos
propuestos.
Las fuentes bibliográficas, hemerográficas y documentales
del trabajo se ubican especialmente -mas no exclusivamente- en la información
relativa al año 1830 y particularmente
lo relacionado con los hechos del Congreso Constituyente venezolano de ese año
y la Constitución sancionada. Sin embargo, el umbral de tiempo y de elementos
de análisis no se restringen al año
1830, pues se hará referencia en el trabajo a información de antecedentes
inmediatos y de años posteriores que se relacionen con los elementos de la
investigación que den cuenta del arraigo y características del ideal de
progreso que rigió en el ideario y mentalidad de la Venezuela independiente
incipiente.
A modo de
organizar el material documental y hemerográfico, se le clasificó en tres
segmentos según su origen: en primer lugar encontramos las fuentes de primera
mano representadas primordialmente por la propia Constitución de 1830 y por las Actas
del Congreso Constituyente de 1830 publicadas en 4 tomos en 1979. En dichas
Actas ubicamos elementos que nos permiten delimitar la orientación de los
Constituyentes en referencia a los elementos en estudio involucrados en el
ideal de progreso y sus aristas material y moral.
Otro grupo de fuentes primarias es el
conformado por las fuentes hemerográficas de la época las cuales, por lo demás,
son prolijas, pues la opinión pública en la época tuvo un auge resaltante. De
los artículos en la prensa, discursos
documentados y otros mecanismos de difusión de la época a los que se
accede y que contienen en su título o aludan en su contenido al término
“progreso” se analizan particularmente con mayor profundidad toda vez que se
refieren directa y específicamente a la idea a estudiar, esto es, al progreso.
En su mayoría estas fuentes hemerográficas las ubicamos dentro de la recopilación de Pensamiento
político venezolano del siglo XIX, que ofrecen un compendio amplio de
información de primera mano respecto a las ideas de los dirigentes más importantes
de la época y de las cuales hicimos una selección pertinente para nuestro
estudio.
Por último, la Colección de leyes y decretos de Venezuela
de la Biblioteca
de la Academia Nacional de Ciencias Políticas y Sociales y el Cuerpo de
Leyes de Venezuela editada en 1851 por la imprenta de Valentín Espinal,
permitieron profundizar en el ideario de progreso desde la perspectiva
institucional jurídica más allá de la Constitución en estudio[12].
Realizada esta búsqueda y selección tanto de fuentes
documentales como bibliográficas, pasamos al fichaje de todo este material con
el propósito de compilar toda la información recogida para su análisis y
posterior uso al momento de redactar el aparato argumentativo de la monografía.
El fichaje se rige según los objetivos planteados y el esquema de plan de
trabajo que se incluye más adelante en este informe.
Un tercer paso nos lleva a la elaboración de la monografía en
concreto. Dicho trabajo refiere a la necesaria realización de una primera parte
de carácter teórica-histórico donde se fundamentarán las categorías de análisis
que se emplearán en la monografía, por lo que su sentido será de carácter
explicativo. En un primer capítulo se
analiza la categoría de progreso como teoría racional occidental eurocéntrica y
sus elementos definitorios como producto de la ideología liberal que es dicha
idea de progreso, y, en particular, se analiza dicha categoría en lo que se
refiere a su desarrollo en Venezuela en la época en estudio.
El segundo capítulo se orienta a la explicación de los
elementos que se definieron a desarrollar en la nación - plasmados en la
Constitución de 1830- como requisitos globales para el logro del progreso
civilizatorio, destacándose las características desarrolladas a lo largo del
proceso Constituyente y esbozadas en la Constitución para sentar las bases del
país y asegurar su independencia.
En el tercer capítulo se destaca la
preponderancia y enfoque dados al factor trabajo como medio para el logro de
ese ideal de progreso mediante el auge material, y en consecuencia el segundo
plano otorgado a elementos como la moral y la educación, pues el ideal de
progreso en Venezuela, en el tiempo histórico estudiado, se sustentó en la idea
que el progreso material conduce necesariamente al progreso social.
La idea es desarrollar el tema del discurso en torno a la
idea de progreso como una relación entre cada una de sus partes, ubicando los
elementos de promoción y freno al progreso en cada uno de los puntos
desarrollados tomando como referencia los discursos y hechos relativos al
progreso enmarcados en el período de estudio, incluyendo sus antecedentes
inmediatos, sus mecanismos, sus resultados y por ende sus implicaciones, en un
momento de transformaciones políticas y sociales, al pasar Venezuela de ser
parte del ideal bolivariano grancolombino a ser una república independiente.
IX.- Esquema tentativo
I.C. La idea de progreso es una categoría sobre la que se apoya
el proyecto político que buscan delimitar los constituyentes venezolanos de
1830 y que plasman en la Carta Magna sancionada por el Congreso Constituyente
el 22 septiembre de 1830, donde las finalidades estipuladas como país
independiente para lograr el ideal de progreso se sustentaron en el impulso al
trabajo como medio principal, fundamentándose así el proyecto de país en la
arista material de la idea de progreso por sobre -y en detrimento de- la arista
moral de ésta.
I. La teoría liberal de progreso de
la modernidad como norma que dirige y hace inteligible el orden social.
A. El liberalismo: padre de la
teoría de progreso.
a.
Características
del liberalismo.
b.
Restricciones
del liberalismo.
B. La idea de progreso: dirige
y racionaliza las relaciones sociales.
a.
Fundamentos
de la idea de progreso.
b.
Debilidades
del ideal de progreso.
C. La idea de progreso en el
contexto liberal venezolano.
a. Antecedentes históricos e
influencias en la definición del proyecto liberal venezolano y su concepción
del progreso.
b. Atavismos coloniales:
sociedad estamental de castas y de economía rural.
II. Objetivos estipulados por los
constituyentes de 1830 para el logro del ideal de progreso.
A. Consolidación del orden y la paz
de la nación venezolana gobernada por instituciones liberales.
a. Restringir el poder y
asegurar la libertad.
b. Los ciudadanos propietarios
e ilustrados como civilizadores.
B. Integración y fraternidad nacional
y con el extranjero.
a. Unidad nacional: fomento de
la “Voluntad General”[13].
b. Fomento de las relaciones
internacionales: federación, comercio e inmigración.
III. El trabajo: medio principal
para la concreción del ideal de progreso civilizatorio.
A. Necesidad de transformación
de la concepción del trabajo.
a. El trabajo como elemento
moralizador y civilizatorio.
b. Trabajo, propiedad y
capital: tríada conflictiva.
B. Sumar manos para el trabajo.
a. Freno a la abolición de la
esclavitud para asegurar la mano de obra: manumisión.
b.
Fomento de la inmigración.
c.
Indultos para beneficio de la industria.
Conclusiones
Fuentes Consultadas
X.- Fuentes
Fuentes primarias
Actas del Congreso Constituyente de 1830. Caracas. Ediciones del Congreso
de la República. 1979-1980. 4 vols.
Conservadores y Liberales. Los grandes temas políticos. Pensamiento político del Siglo
XIX. Caracas. Ediciones conmemorativas del bicentenario del natalicio del
Libertador Simón Bolívar. Congreso de la República. 1983. vol. 12.
Cuerpo de leyes de Venezuela.
Caracas. Imprenta de Valentín Espinal. 1851.
Leyes y Decretos de Venezuela. (Tomos: I, II). Caracas: Biblioteca de la Academia
Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, 1982.
Liberales y conservadores. Textos doctrinales. Tomo I. Pensamiento político del Siglo
XIX. Caracas. Ediciones conmemorativas del bicentenario del natalicio del
Libertador Simón Bolívar. Congreso de la República. 1983. vol. 10.
Liberales y conservadores. Textos doctrinales. Tomo II. Pensamiento político del Siglo
XIX. Caracas. Ediciones conmemorativas del bicentenario del natalicio del
Libertador Simón Bolívar. Congreso de la República. 1983. vol. 11.
Páez, José Antonio. Autobiografía.
Vol I y II. Nueva York. Imprenta de Hallet y Breen, 58 y 60 calle de Fulton.
1867.
Descargado en línea en octubre de 2010 desde:
Revista de Colombia y Venezuela unida y separada con sus males y remedios.
Dedicada al Congreso Constituyente de 1830. Caracas. Imprenta de Valentín
Espinal. 1830.
Simón Bolívar.
Obras Completas. Vol. III. Caracas. Ediciones Lisama.
Fuentes
auxiliares
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[1] Así,
por ejemplo, Elías Pino refiere en su obra Las ideas de los primeros venezolanos en
la página 26: “...el siglo XIX carece de estudios satisfactorios. Se le sigue
juzgando como el lapso de la disgregación, como un ‘cuero seco’ en que imperan
los gamonales y sus plumarios”. Y en Fueros, civilización y ciudadanía indica
en la página IX que “Los sucesos ocurridos luego de 1830, [...], se han considerado como un proceso
lamentable cuyo peso torció el rumbo trazado por los capitanes de la
emancipación, especialmente por Bolívar”.
[2] El mismo Elías Pino reconoce los avances en el análisis
historiográfico afirmando en Fueros, civilización y ciudadanía en la
página IX que: “Hoy ha disminuido la
chamusquina atizada por los historiadores (...) Una docena de apreciables
contribuciones se ha acercado con ojos apacibles al período, sin juzgarlo como
el agujero en el que se hundieron las promesas del proceso anterior...”.
[3] Así, refiere Pino -en la página X del mencionado texto Fueros,
civilización y ciudadanía como nota a pie de página No. 2- algunos de los
trabajos que destacan y analizan con ojos más abiertos el período independiente
venezolano, así indica Pino: “Entre tales apreciables contribuciones conviene
referir las obras de Pedro Cunill Grau sobre poblamiento y paisajes; el libro
de Ramón J. Velásquez sobre el liberalismo amarillo; las investigaciones de
María Elena Gonzáles de Luca y Mary Floyd sobre Guzmán Blanco; los textos coordinados
por Manuel Pérez Vila sobre economía y sociedad, y el producto de los esfuerzos
de Germán Cardozo Galué para la investigación de la región marabina, por
ejemplo”.
[4] El texto de Gil Fortoul junto con la Historia Constitucional de
Venezuela de Allan R. Brewer Carias y el estudio de la Constitución de 1830 de
Eleonora Gabaldón mencionado más adelante, son las principales fuentes
bibliográficas utilizadas para análisis sobre el constitucionalismo venezolano
que utilizamos para nuestro estudio.
[5] Tomás Polanco Alcántara.
“Presentación” a La Constitución de 1830 (el debate parlamentario y la
opinión de la prensa), Eleonora Gabaldón, Caracas, Instituto Autónomo
Biblioteca Nacional, FUNRES, 1991, pp. 7-8.
[6] Ideología ecléctica en tanto influenciada en los distintos ámbitos
(político, económico, social) por las diversas corrientes de pensamiento
europeo referentes al liberalismo, en conjunción con aportes propios de los
intelectuales de la nación en albor.
[7] Sincretismo producto de la fusión entre ideas republicanas y vestigios
coloniales en los dirigentes e intelectuales de la Venezuela republicana en sus
inicios.
[8] Tomando en cuenta los elementos que definen la dinámica de las
representaciones sociales (RS) según la teoría de la RS de Moscovici, a saber,
la objetivación y el anclaje (ver, v.g., Martín Mora. La teoría de las
representaciones sociales de Serge Moscovici). Para el caso de nuestra
investigación, el Progreso (anclaje) se ve objetivado en el arraigo del Estado
moderno liberal (objetivación). Por ello, las categorías Estado, modernidad,
civilización, ciudadanía y liberalismo son primordiales en esta investigación
pues en ellas se ve reflejada la idea de progreso.
[9] Clase dominante criolla que
se constituyó, en definitiva, en la burguesía
emergente para la época, tal como lo define la categoría Proyecto
Nacional desarrollada por el historiador Germán Carrera Damas.
[10] Fundamentándonos en la variada información encontrada en la
historiografía.
[11]
Ginzburg da ejemplo del uso del paradigma indiciario que promueve en su estudio
sobre el molinero Menocchio en su texto El queso y los gusanos (ver
bibliografía), en su introducción a su estudio. Allí, Ginzburg hace énfasis en
el análisis riguroso y en profundidad de la documentación –aunque se reduzca a
un solo individuo o evento- en busca de “indicios”(p. 22), ya que la
información llega “a través de filtros intermedios y deformantes”
(p.15)- y “realizando profundas indagaciones particulares”(p.23) de
forma cualitativa que luego permitan llevar a análisis cuantitativos dicha
información.
[12]
Además, como mencionamos, tenemos en cuenta los análisis de la historia constitucional de Venezuela en
los textos de Gil Fortoul y Brewer Carias.
[13] “Voluntad general” según la categoría desarrollada por Jean Jacques
Rousseau en “El Contrato Social”
Realizado por: Mery Pérez
Créditos:
photo credit: pslachevsky Año nuevo en la Plaza de la Dignidad via photopin (license)
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