Resumen de texto: Historia de las mentalidades, historia social[1]
El
texto de Carlos Barros, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela,
constituye un análisis exhaustivo
de los progresos/retrocesos de la historia de las mentalidades y los
progresos/retrocesos generados por los enfoques metodológicos adoptados para el
desarrollo de dicha historia, señalando su vinculación con la escuela de los Annales
en sus inicios con March Bloch y Lucien Febvre –donde el concepto de historia
total exigía un relacionamiento marcado entre la historia social y la de las
mentalidades, considerándose en algunos caso ésta última ser parte de la
temática de la primera- y continuando relacionada con los Annales en el
desarrollo de la llamada Nouvelle Histoire particularmente con los trabajos de
Jacques Le Goff –incluso siendo en esta época la historia de las mentalidades “enseña
y bandera de la nueva historia”-, y que en este período se destaca el
deslinde de la historia de las mentalidades de la historia social en una suerte
de contraste entre ambas (considerándose alternativas excluyentes, tal como
ocurrió, por ejemplo, entre la historia total en contraposición a la historia
política, como desembocó en los estudios históricos desarrollados por
representantes de la corriente de Annales) y los inicios de su
relacionamiento con la antropología.
El texto señala el desarrollo en la época del
decenio de los 80’s del siglo XX, donde la metodología y trabajo realizados en
el ámbito de la historia de las mentalidades se han deslindado más aun de la
historia social y se da el definitivo giro antropológico, donde la antropología
histórica viene a sustituir a la historia social como complementaria para la
historia de las mentalidades. Y basado
en ese desarrollo histórico reflejado en la historia de las mentalidades Barros
especifica entonces que la historia de las mentalidades abarca tres área de
conocimiento: antropología, historia cultural e historia social. En referencia
a la historia cultural, indica el autor que len cierta forma la historia de las
mentalidades en su génesis constituye una alternativa a esa historia cultural
que se deslinda de la historia social y de la psicología colectiva.
Sin
embargo, como se mencionó, la historia de
las mentalidades se deslinda al pasar del tiempo de la historia social. Este
deslinde es el que el autor indica debe evitarse, no debe haber contraste, ni
considerarse alternativas excluyentes, ni absorción entre la historia social y
la historia de las mentalidades, sino complementariedad y así con las distintas
ciencias sociales. A lo largo de texto, el autor, como representante que es de
la propuesta de nuevo paradigma historiográfico en Historia a Debate da cuentas
de que la interdisciplinariedad debe ser un punto a tener
en cuenta en el quehacer historiográfico, propone mecanismos para implantar
dicha interdisciplinariedad, y da cuentas también que esto de la
interdisciplinariedad no es una cuestión
del siglo XXI.
Este planteamiento de la interdisciplinariedad entre las
distintas ciencias y la Historia ya había sido propuesto por Marc Bloch y Lucien Fevbre al
fundar la Escuela de los Annales, en el año 1929, quienes abrieron el
camino al desarrollo de esta interdisciplinariedad al dar un nuevo enfoque
metodológico al estudio de la Historia, donde se promovía, como refiere Barros,
el concepto de historia total en el sentido de trascender el estudio de lo
puramente político y global y abarcar todo lo relacionado con el hombre (esto
es, sus relaciones humanas particulares en lo social, económico, religioso,
etc.) y a todo nivel, es decir, no sólo en el nivel de los vencedores o de las
elites sociales, y en ese sentido, al construirse la interpretación histórica
mediante una interrelación de elementos y crecer así su objeto de estudio, se
hace pertinente incrementar sus fuentes y mecanismos de análisis, y contar o
tener en cuenta el conocimiento producido por otras ciencias sociales que
pudiesen contribuir con la investigación histórica.
Barros hace énfasis en
este tema de la interdisciplinariedad y en las trabas (entre ellas, absorción
de la historia en otras ciencias, el miedo a la imposición de mecanismos no
pertinentes, la llamada historia en “migajas”) que ha encontrado en su
implantación -y a veces hasta generado- el enfoque metodológico dado a la
historia de las mentalidades. En definitiva, propone Barros que la historia
social y la de las mentalidades no deben ir una en un camino sin cruzarse con
la otra, y por otro lado, propone para el desarrollo de la historia de las
mentalidades (cuyo objeto de estudio es la actividad mental humana) una
colaboración entre historiadores y psicólogos que otorgue un componente
científico importante a dicha disciplina histórica, sin generarse ninguno de
los elementos negativos o trabas que se mencionaron –ni absorción de la
historia en la psicología, ni de la psicología en la historia, ni imposición de
mecanismos no pertinentes e una u otra disciplina, ni historia en “migajas”)
sino más contribuir a su erradicación.
Realizado por: Pérez, Mery
Realizado por: Pérez, Mery
[1] Carlos Barror.
Historia de las mentalidades, historia social. 1989.
En:
http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/hm_historia_social.htm.
Carlos Barras es promotor de la nueva propuesta de paradigma historiográfico,
desarrollado el foro Historia a Debate en http://www.h-debate.com
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