INTRODUCCIÓN
En este breve análisis se presentan las cualidades que debe poseer el discurso
histórico, partiendo de los datos recopilados, para producir un conocimiento
histórico transmisible. Estas cualidades del discurso histórico van en
referencia al fondo y a la forma.
2. EL
DISCURSO HISTÓRICO
El
discurso histórico tiene por finalidad la presentación o esbozo ordenado e
inteligible de los datos acopiados para comprobar la hipótesis planteada y así
generar un conocimiento histórico transmisible, que no por esto deba ser
definitivo, pues es claro que toda investigación, enhorabuena, abre paso a
nuevas e innovadoras investigaciones en el campo de estudio.
La
historia esbozada está sujeta al historiador y, en este sentido, es menester
que el historiador posea aptitudes valiosas en el ámbito de la escritura de
textos. Este bagaje de capacidad literaria debe estar unido a la capacidad de
análisis de los datos para obtener conclusiones generadoras de conocimiento,
siendo el discurso histórico más que el esbozo literal de los datos recabados,
claro está, sin modificar la realidad
mostrada por los datos, sino más bien adentrándose en esta verdad, al
comunicarse con el dato de manera analítica e interpretativa, generando una
interrelación más allá de la cronología.
A
lo largo de la historia de la historiografía se han presentado problemas en
cuanto a los factores científicos y literarios que están presentes en el ámbito
del conocimiento histórico. Así el Prof. Germán Carrera Damas nos habla de una
Historia-Arte y una Historia-Ciencia que han presentado vertientes transitorias
y excluyentes entre ambas tendencias.
2.1 Historia-arte
vs Historia-ciencia
La Historia como
ciencia tiene una génesis reciente. En el pasado la Historia era considerada
como parte de la literatura y así se enfocaba más en la forma o estilo en que
se plasmaban los hechos que en la veracidad de los hechos mismos.
2.1.1. Vertientes del discurso
histórico en la historia-arte
Se
presentan dos vertientes en el enfoque de la historia-arte, a saber:
Escuela
generalizadora.
La cual plantea hipótesis y tesis históricas sin metodología. En esta escuela
el interés es la generación de tesis más que la constatación de los hechos. Por
tanto, les interesa sólo la forma estilística de presentación del discurso y no
la manera de obtener los resultados.
Escuela
de la facundia. Llena
de sofisticaciones en cuanto al manejo literario del discurso histórico y
repleta de exageraciones en cuanto al planteamiento del hecho histórico a
través de comparaciones metafóricas, genera un conocimiento inválido y
entresijado, pues al enfocarse en el aspecto estético del discurso, se olvida
del objetivo primordial de plasmar el conocimiento obtenido en la investigación
de una manera clara y veraz. Esta escuela viene entonces a representar un claro
ejemplo de la manera en la que no se debe realizar la Historia.
2.1.1. Vertientes del discurso
histórico en la historia-ciencia
Fría
objetividad.
Aquí se plantea la necesidad de eliminar los escuetos manejos del discurso en
forma de literatura rebuscada, pero se tiende a la exageración en este sentido
al eliminar cualquier intento de búsqueda de inteligibilidad en la exposición
del discurso histórico, generando una obra de escaso interés, sombría y
positivista, que tiende a ver el dato como el conocimiento listo para plasmar.
Fondo
y forma. En
este enfoque se le da importancia tanto al contenido del discurso histórico
como a la forma de plasmar dicho contenido. Así se genera un trade-off o compromiso de equilibrio
entre la parte artística y científica del discurso histórico.
Las
acertadas palabras del profesor e historiador Germán Carrera Damas en su libro Metodología y estudio de la historia,
resumen claramente la necesidad e importancia del equilibrio en el manejo
de la parte artística y la parte metodológica en la generación del discurso
histórico: “lejos de tratarse de
licencias concedidas al historiador, quizá en honor de su cercano pasado
artístico, la metáfora y demás recursos literarios en general son legítimos
instrumentos de trabajo cuyo correcto empleo, sin embargo, se halla regido por
una parquedad, una mesura y una sobriedad demandadas por la naturaleza
científica de su disciplina, obligada a dar cuenta de hechos y procesos cuyo
estudio se resentiría de toda demasía literaria”
CONCLUSIONES
El discurso
histórico, partiendo de los datos recolectados, debe producir un conocimiento
histórico transmisible, lo cual genera un compromiso entre mantener la
cientificidad del conocimiento histórico y producir una obra histórica impresa
de carácter estilístico valioso, que evite la exageración en metáforas, pero que
aproveche las bondades de la literatura para generar una obra clara e
inteligible que favorezca la transmisión del conocimiento histórico.
CARDOSO, Ciro,
PÉREZ BRIGNOLI, H.,
Los métodos de la
Historia
México D.F.,
Editorial Grijalbo, 2da. Edición, 1979, pp. 440.
CARRERA
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Metodología y estudio de la
historia.
Caracas,
Monte Ávila Editores, 2da. Edición 1980, pp. 262.
MARROU, Henri I.,
El conocimiento histórico
Barcelona,
Editorial Labor. S.A.,1968, pp.
228.
PEÑA, Luis.,
Construyendo Historias. Orientaciones sobre Técnicas y
Métodos de la Investigación Histórica.
Caracas, Ediciones
de la Biblioteca EBUC, 2000, pp.173.
TOPOLSKI, Jerzy,
Metodología
de la historia.
Editorial
Cátedra, 1985, pp. 520.
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