Droll history: una historia risueña
Hiroo Onoda y el fin de la segunda guerra mundial
Hiroo Onoda en la selva filipina en 1974: "La guerra para mi no ha terminado. La daré por terminada cuando me lo diga mi superior personalmente."
Hiroo Onoda en su lecho de muerte en 2014: "Uy, menos mal que mi superior estaba aún vivo en 1974, porque si no aún yo estaría en guerra."
Hiroo Onoda (1922-2014), fue un oficial de la armada imperial japonesa, un teniente japonés que participó en la segunda guerra mundial, comprometido a tal punto con su deber militar que se negó a considerar finalizada la guerra hasta tanto no le fuera notificado personalmente por su superior. Así Onoda se mantuvo en guerra 29 años más, y -pese a que Japón anunció su rendición ante los aliados en la segunda guerra mundial el 15 de agosto de 1945 (después de los nefastos bombardeos nucleares en Hiroshima y Nagasaki) y la formalizó el 2 de septiembre del mismo año firmando su capitulación- no fue sino hasta el año de 1974 que Onoda dió por terminada la guerra al ser efectivamente notificado por su superior, Yoshimi Taniguchi, quien fue comandante durante la segunda guerra mundial. Esos 29 años Onoda los pasó oculto en la selva filipina donde había sido asignado para llevar a cabo una guerra de guerrillas. Fue gracias a la curiosidad e interés del ex-universitario japonés Norio Suzuki, um aventurero que se dio a la tarea de buscar varios "mitos", Onoda uno de ellos, y que efectivamente -y afortunadamente- lo encontró.
Onoda, por cierto, no fue el último soldado japonés en rendirse en la segunda guerra mundial. Meses después de conocerse el caso de Onoda en 1974, en diciembre de ese mismo año se supo de otro caso, el de Teruo Nakamura (1919-1979), un soldado de origen taiwanés (cuyo nombre taiwanés era Attun Palalin) perteneciente al ejército imperial japonés, que igualmente permaneció en la resistencia en las adyacencias de su lugar asignado durante la guerra, en su caso en la isla Morotai de Indonesia.
Se conocen como rezagados esos miembros del ejército japonés que se reusaron a rendirse y permanecieron en la resistencia mucho después del final de la guerra acaecido en 1945. Fue un grupo representativo del compromiso y disciplina de los japoneses. Quizá algún rezagado desconocido superó a Onoda y Nakamura, y la guerra se prolongó aún más allá de 1974 para él.
Onoda, por cierto, no fue el último soldado japonés en rendirse en la segunda guerra mundial. Meses después de conocerse el caso de Onoda en 1974, en diciembre de ese mismo año se supo de otro caso, el de Teruo Nakamura (1919-1979), un soldado de origen taiwanés (cuyo nombre taiwanés era Attun Palalin) perteneciente al ejército imperial japonés, que igualmente permaneció en la resistencia en las adyacencias de su lugar asignado durante la guerra, en su caso en la isla Morotai de Indonesia.
Se conocen como rezagados esos miembros del ejército japonés que se reusaron a rendirse y permanecieron en la resistencia mucho después del final de la guerra acaecido en 1945. Fue un grupo representativo del compromiso y disciplina de los japoneses. Quizá algún rezagado desconocido superó a Onoda y Nakamura, y la guerra se prolongó aún más allá de 1974 para él.
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