Kinetic 3000
Alberto y
Octavio eran dos amigos de toda la vida que siempre soñaron con irse a Kabotown,
y no más cumplieron la mayoría de edad así lo hicieron. Inmigraron a Kabotown patrocinados por Glandog
Enterprises, que era la mayor y más innovadora empresa de tecnología del mundo localizada en un vasto territorio
que buscaba incrementar su población. Cuando su sueño de irse a Kabotown se cumplió jamás pensaron
que el mismo iba a terminar convirtiéndose en una pesadilla.
En Glandog
Enterprises los jóvenes inmigrantes fueron integrados en un equipo
multidisciplinario que se encargaría de la puesta a punto de un dispositivo de
comunicación revolucionario, el Kinetic 3000. El producto permitiría la
comunicación remota entre las personas a través del mismo y sin necesidad de
ningún otro tipo de energía más que la producida por el cuerpo humano. Una
revolución en lo que a fuente de energía se refería. Alberto y Octavio participarían
en el área de Certificación y Control de Calidad.
Una tarde de otoño,
muchos años después, Alberto veía una película en su casa junto a su esposa
Lucía. En la película hicieron referencia a Venetia, un país del sur de América
donde se encontraba el salto de agua más alto del mundo, el Salto Ángel. Entonces
Alberto le comenta a Lucía:
-Mi papá siempre bromeaba en que el Salto Ángel había sido nombrado así
en su honor. Y nunca conocimos el Salto Ángel y eso que vivíamos tan cerca.
- ¡¿Vivían tan cerca?! – preguntó Lucía, extrañada y confundida.
- Sí, porque vivíamos en Ciudad Bolívar. Pero Octavio y yo nos vinimos a
Kabotown nomás nos hicimos adultos.
- ¿De qué hablas Alberto?. Si tú naciste en Kabotown y nunca has salido
de aquí. Creo que estás viendo mucha TV- se burló Lucía y se fue a la cocina a preparar
la cena.
Pero Alberto
lo entendió todo. Sobrecogido de tristeza recordó todo y así entendió. Ya no
era él. Ya Octavio, su mejor amigo, no era parte de su vida y en esta realidad en
que estaba inmerso nunca lo fue. Nunca emigraron de Venetia. Glandog
Enterprises no existía y nunca existió. Todo su pasado y sus sueños se habían
desvanecido. ¿Cómo pasó todo eso?. Había algo que tenía que permanecer para
que todo esto fuese posible.
Alberto se
desgarró la camisa, vio su pecho y corrió a la cocina y le gritó desesperado a Lucía:
- ¡Es por esto Lucía, es el Kinetic 3000!.
- ¿El qué Alberto?,
¿Cómo has llamado al corazón?
Y
Alberto llorando balbuceó: - ¡¿Qué? ¿El corazón?!.
Y terminó
diciendo: -Lo siento Lucía, adiós, todo esto es una mentira-. Y se arrancó
el corazón.
Créditos:
Imagen correspondiente al 4to concurso "ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN" en la comunidad de Google+ ALMAS DE BIBLIOTECAS Y CINES.
NOTA:
Este relato se creó basado en la imagen debajo y para participar en el 4to CONCURSO “ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN” propuesto en la comunidad ALMAS DE BIBLIOTECAS Y CINES
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