Centroamérica y la
insalubridad del Océano Atlántico
“Centroamerica es un istmo montañoso, de anchura variable y ubicado en
el trópico. La compleja interacción de estos tres (elementos) (...) determinan
casi todos los rasgos del medio natural. (...) En suma, en Centroamérica no
existen rasgos fisiográficos o ambientales que empujen hacia la unidad de la
región. Más bien, lo que es común o típico es justamente la variedad de
ambientes naturales y culturales...”
A continuación en base al fragmento y a la consulta historiográfica se ofrece una breve explicación de la influencia de la insalubridad de la fachada
del océano Atlántico centroamericano en la ocupación de los paisajes
centroamericanos.
Centroamérica en la actualidad se encuentra dividido
en 7 países, a saber: Belice, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Honduras,
Panamá y Guatemala. Dicho territorio tiene costas con el Océano Pacífico y el
Océano Atlántico[1]. Las condiciones climáticas insalubres
generadas por la confluencia de estos dos componentes marinos, influyeron en la
ocupación y asentamiento hispánico en dicha zona y determinó que la ocupación y
poblamiento de Centroamérica se desarrollará hacia el centro del istmo y hacia
la costa del Pacífico, por ofrecer dichas áreas un clima más hóspito, y además
resultar más atrayentes a los españoles desde un punto de vista económico y
comercial[2],
aunque también se encontraban en menor proporción recursos importantes en la
costa atlántica, además de ser por sí misma un área estratégica de salida hacia
Europa. Se desarrolló, por tanto, la diferenciación de las dos áreas costeras
donde el área central del istmo y la costa Pacífica fueron las predilectas para
habitar, debido a “la idoneidad que estas zonas presentaban [istmo central y Costa Pacífica]
para el desarrollo poblacional, así como por sus características
agroecológicas, lo cual contrasta con el carácter inhóspito del Caribe
centroamericano, tanto por su difícil acceso, como por sus características
climáticas”(Goebel Mc Dermott,2005:12).
Ejemplos
referidos a ese abandono de las costas del este centroamericano para irse hacia
el área central y la costa pacífica los hay variados referentes a toda el área
oriental de Centroamérica, así por ejemplo, en referencia al litoral del
Darién fueron abandonados por los colonizadores para buscar zonas más hóspitas
hacia el área del Pacífico, ya que “...luego de catorce difíciles años, los
españoles abandonaron el área [el litoral del Darién] para emigrar a un lugar
mejor localizado sobre la costa pacífica”(González Arana,2004:41). En ese mismo orden de ideas, se tenía en
tiempos de la colonización hispánica que “Nombre de Dios, Portobelo y la misma ciudad
capital [Panamá] tenían fama de ser
“sepultura de españoles” por la insalubridad del clima”(Pizzurno,2004:102),
de manera
que el área panameña se definió como un punto de establecimiento temporal para
realizar el enlace hacia el sur y pasar al imperio incaico.
La
influencia de los vientos y la climatología en el área costera este en Centroamérica
que es diversa del área del Pacífico influyó decisivamente en el poblamiento de
la zona centroamericana como refiere Cunill Grau en el caso del asentamiento
indígena “...importante fue el papel que representaron vientos y corrientes
marítimas en el desplazamiento humano sobre grandes distancias ”(Cunill
Grau,1999:25), y así ocurrió para el caso de la ocupación hispana,
verificándose que la colonización se fomentó en definitiva hacia el centro a
todo lo largo del istmo y hacia la costa del Pacífico, acentuándose cada vez
más la diferenciación entre dichas áreas y la costa este -llámese atlántica o
caribeña-. La diferencia que se generó a nivel de poblamiento regía en las
mismas condiciones climáticas ya que en el área centroamericana “El clima, informado en la dinámica atmosférica por la
Convergencia Intertropical (CIT), de dirección general Este, es, pues, cálido y
en general lluvioso, pero se suaviza con la altura y varía, sobre todo en el
régimen pluviométrico, de la vertiente atlántica, estrecha y poco asomada al
océano (en el golfo de Honduras), con lluvias importantes y sin estación seca,
a la pacífica, de amplia fachada marítima(M. de Terán,1973), de precipitaciones
más escasas y con unos 3 ó 4 meses secos”(Martín,2006:126).
Los huracanes constituyen uno de los elementos que han hecho a lo largo de la historia del clima centroamericano, un clima inhóspito[3]. Incluso, para 1875 todavía se restringía el poblamiento de dicha área por la condición climática, así “La vertiente atlántica de la América Central es una zona estrecha de terreno, formada por llanuras horizontales y fangosas, que se extienden a lo largo del pie de la cordillera, la que se eleva bruscamente algunos millares de metros...El calor y la humedad dan a esta faja de aluviones de la costa una fertilidad incomparable; pero su mortífero clima aleja de él al emigrante europeo”(Radau,1875:582-583). Así en el caso de Nicaragua, España no se asentó en el área de la costa este y “Desde el siglo XVI, XVII y fines del siglo XIII las culturas europeas chocaron con las de América, así en Nicaragua, el modo de vida de la población indígena de la Región del Pacífico y una parte de la Región Central se modificó notablemente.”(Hidalgo,2004:2) y una vez más en contraste con la región atlántica que, e.g., en el caso de la colonización del área poblada por los indios misquitos al este del istmo del área abarcada por Nicaragua, que fue abandonada por los españoles y de hecho se realizó una alianza inglesa con los indígenas misquitos, así “Los indígenas del Atlántico/Caribe, acompañaron constantemente a los piratas y bucaneros en acciones dirigidas en contra de asentamientos españoles en el Pacífico de Nicaragua.” (Hidalgo,2004:3).
Los huracanes constituyen uno de los elementos que han hecho a lo largo de la historia del clima centroamericano, un clima inhóspito[3]. Incluso, para 1875 todavía se restringía el poblamiento de dicha área por la condición climática, así “La vertiente atlántica de la América Central es una zona estrecha de terreno, formada por llanuras horizontales y fangosas, que se extienden a lo largo del pie de la cordillera, la que se eleva bruscamente algunos millares de metros...El calor y la humedad dan a esta faja de aluviones de la costa una fertilidad incomparable; pero su mortífero clima aleja de él al emigrante europeo”(Radau,1875:582-583). Así en el caso de Nicaragua, España no se asentó en el área de la costa este y “Desde el siglo XVI, XVII y fines del siglo XIII las culturas europeas chocaron con las de América, así en Nicaragua, el modo de vida de la población indígena de la Región del Pacífico y una parte de la Región Central se modificó notablemente.”(Hidalgo,2004:2) y una vez más en contraste con la región atlántica que, e.g., en el caso de la colonización del área poblada por los indios misquitos al este del istmo del área abarcada por Nicaragua, que fue abandonada por los españoles y de hecho se realizó una alianza inglesa con los indígenas misquitos, así “Los indígenas del Atlántico/Caribe, acompañaron constantemente a los piratas y bucaneros en acciones dirigidas en contra de asentamientos españoles en el Pacífico de Nicaragua.” (Hidalgo,2004:3).
Es claro
que “El poblamiento precolombino del posclásico y de la época colonial
mantuvo continuidad en la ocupación de los altiplanos centrales y vertiente del
Pacífico, creándose con el correr del tiempo grandes disparidades en términos
de desarrollo entre estos territorios y las zonas del Atlántico.”(Pinto
Soria,[Sin Fecha]:2) y las condiciones climatológicas derivadas de los
linderos con el Océano Atlántico jugaron un papel fundamental en dicha
estructuración del poblamiento y ejercieron influencia incluso en la inserción
en sectores del istmo por parte de entes foráneos no hispanos como los ingleses
en la zona de los Misquitos ya que “Las actividades de los piratas y
filibusteros, así como el dominio de las rutas marítimas de comercio en el
Atlántico le permitieron a Inglaterra, durante los siglos XVII y XVIII, el
dominio casi completo del Caribe, particularmente el Golfo de Honduras, esto le
permitió mantener presencia casi continua en las islas y costa caribeña de
Centroamérica”(Núñez Bennett,2007:85-86), aunque su influencia se
realizó, en general, de manera externa pues no poblaban el área al igual que
dejaron de hacerlo los españoles, dichas áreas quedaban pobladas por los
indígenas de la región tal como ocurre hoy día, y también por los esclavos
traídos a Centroamérica principalmente por los ingleses[4],
así el factor climático influyó definitivamente en la ocupación de
Centroamérica y contribuyó a definir el proceso de segregación que impide la
unidad, ya que, e.g., ingleses y
españoles no podían llegar a un consenso en el territorio colonial, y aún hoy
día, persiste la desintegración en Centroamérica.
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[1] Es
de notar que actualmente se establece la diatriba entre la diferenciación de
Océano Atlántico y de Mar Caribe, en el sentido de definirse que en vez de
tener costas en el Océano Atlántico, más bien
Centroamérica tiene costas con el Mar Caribe. Al verificar en el Almanaque Mundial 2008 se verifica esa
dicotomía pues, por ejemplo, para los casos de Honduras y Nicaragua –las cuales
tienen mismo espacio marítimo u oceánico al este- se indica para Honduras que “limita
al norte con el Mar Caribe” mientras que para Nicaragua se indica que “tiene
costas tanto en el Océano Pacífico como en el Atlántico”. También en el
Atlas de National Geographic “America I” se verifica en la cartografía
que es el Mar Caribe el que se señala la costa este para el istmo
centroamericano. Se refiere en un artículo sobre desarrollo sustentable en la
costa atlántica nicaragüense que: “Actualmente
los dirigentes autóctonos de este territorio insisten en llamarle Costa Caribe,
debido a su proximidad al Mar Caribe, el cual forma parte del Océano Atlántico.
En la nueva literatura así se le llama...”(Hidalgo,2002:1).
Un artículo interesante y esclarecedor referido a este tema es el del
oceanógrafo Guillermo Quirós denominado “Caribe y no atlántico” donde
concluye que es el Caribe el que abarca la costa este de Centroamérica y no el
Atlántico e indica, entre otros que “Las características físicas y químicas
de cada cuerpo de agua marino, lo identifican desde el punto de vista
científico. Esto es, se pueden caracterizar de forma universal y sin
ambigüedades. Entre ellas la estructura térmica de las aguas, las corrientes
marinas y el régimen de intercambio de calor con la atmósfera cercana; son
procesos físicos que acentúan el carácter propio del Mar Caribe diferenciándolo
muy bien del Océano Atlántico”(Quirós,[SinFecha:1]).
Para efectos de este ensayo se trabaja en base a la dicotomía que se maneja en
la historiografía donde la noción costa atlántica y caribeña no se diferencia,
teniendo en cuenta que aunque “El gran físico Isacc Newton en 1687 y luego
el matemático Laplace en 1776, encontraron que la forma de la cuenca marina que
contiene las aguas, incluyendo sus profundidades, en combinación con la
atracción gravitacional de los astros cercanos, es causa y es diferencia entre
las diversas mareas en los océanos del Planeta. Actualmente conocemos que la
forma de las cuencas que contienen estos dos cuerpos marinos es tan grande, que
originan mareas diferentes entre sí” (Quirós,[SinFecha:1]), los efectos climáticos adversos son, digamos,
similares sea Caribe o Atlántico, ya que, en todo caso, el Mar Caribe forma
parte del Océano Atlántico.
[2] Se ha visto la importancia dada por
los españoles a las áreas que les resultaban provechosas en tanto que le
proveyesen recursos minerales y naturales de valor comercial, como, e.g., el
caso de las perlas de Cubagua reseñados por Cunill Grau en “Geohistoria de
la Sensibilidad en Venezuela”.
[3] La forma y nivel de influencia en el área centroamericana de los huracanes
quedan vívidamente descritos en el siguiente fragmento: “Caminando por
impredecibles rutas y soplando de este a oeste desde fines de la primavera
hasta el otoño, los vientos sin rumbo ni morada se maduran en el Atlántico
central, apenas rumiando en escarchas lo que será después enorme furia
desatada. Y a medida que avanzan, convirtiéndose en huracanas de variada
intensidad, se abaten sobre el caribe insular con particular furia, atravesando
el ancho mar hasta tocar las primeras islas solitarias. Caminan con las
corrientes y a menudo las enfrentan, marcando las fronteras invisibles del mar
Caribe, los límites de su navegación, los caminos intangibles de su
conformación histórica. Es el viento abatido sobrevolando los puertos,
sorteando las aduanas y las estaciones, las aldeas, los barrios y los
callejones del salitre. En este piélago cálido donde los vendavales y las
corrientes más frías del Atlántico abrigo y refugio, en donde incluso el agua
profunda es caliente, los arrecifes suelen crecer más rápido y los huracanes
son famosos por su potencia y su capacidad destructiva”(García de
León,2002:19).
[4] En referencia a la trata de esclavos por parte de
los españoles se refiere: “Los españoles demostraron siempre gran
repugnancia a tal tipo de tráfico [de esclavos] , y por ello la corona
contrataba (asiento) a una compañía extranjera que se comprometía, a cambiar
del monopolio de negros en las Indias de Castilla”(Chaunu,:1964,44)
Créditos: Imagen desde Google Maps.
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