Siempre amé los trenes. ¡Esas increíbles máquinas que evolucionaron a través del tiempo y cambiaron de tal manera la vida de los hombres! Los trenes acortaron las distancias y le dieron al hombre más tiempo y posibilidades. Con el desarrollo del transporte ferroviario, viajar se hizo cada vez más placentero.
Mi gusto por el mundo de los trenes no fue fortuito. Mi familia tenía su historia en el negocio ferroviario. Mi tatarabuelo del lado de mi madre fue uno de los obreros en la construcción de la primera línea comercial de ferrocarriles. Sí, de aquella línea que se inauguró el 15 de abril de 1830 en Inglaterra y unía las ciudades de Liverpool con Manchester. Mi tatarabuelo por parte de mi padre fue conductor en esa línea. Y luego mis dos abuelos fueron conductores de trenes también.
De hecho, mis padres se conocieron de niños porque sus respectivas madres llevaban a cada uno a la estación a visitar a su papá en el trabajo.
Mis abuelos siempre me contaban orgullosos sus anécdotas en los trenes, en esas maravillas de la invención humana. Y mis padres hacían lo propio, recordando cómo se enamoraron en las líneas del tren.
Nadie en mi familia hubiera imaginado, ni en sus más terribles pesadillas, que yo estaría realizando este inesperado viaje en tren. Me traslado en un vagón de carga sellado, y aquí, donde hay espacio para albergar unas cuarenta personas a lo sumo, estamos confinados ciento veinte personas. Todos comenzamos como extraños en este tren, pero ahora nos sentimos tan cercanos… Llevamos días viajando con este insoportable calor de verano que acaba con la poca energía que tenemos. Escasamente recibimos algo de agua y alimento cuando algún soldado se apiada de nuestra situación. Nos dirigimos a un lugar llamado Auschwitz, un supuesto campo de trabajo construido por los nazis en Polonia. Allí seguramente moriremos... si sobrevivimos a este inhóspito viaje en tren.
NOTA: Relato creado para participar en concurso de blog El tintero de Oro. Fue honrado con el sexto lugar entre los participantes.
Créditos:
Sin duda, uno de mis favoritos para Tintero, y no solo por el tema (durísimo), sino, sobre todo, por el modo de tratarlo, desde las mismas entrañas del tren y su historia familiar.
ResponderEliminarMuy buen trabajo Mery, te felicito.
Saludos Tara, agradecida por tu amable visita y comentario. Me alegra te gustó el planteamiento del relato. Éxitos y bendiciones!
EliminarMery me gusta cómo has plateado el relato. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos Mamen, muchas gracias por la visita y comentario. Un gusto que te haya agradafo cómo desarrollé el relato. Éxitos y bendiciones!
EliminarConmovedora historia, rindiendo un gran homenaje a tantos refugiados del Holocausto, que como bien explica tu texto, viajaron hacinados en inhóspitos vagones con un destino demasiado trágico.
ResponderEliminarMe ha gustado tu planteamiento narrativo, estimada Mary ++, siempre tan reflexiva y profunda con tus historias. Gracias por ese guiño.
Fantástico, éxitos y muchas bendiciones.
Muchas gracias Estrella, me alegro disfrutaste la lectura. Éxitos y bendiciones!
EliminarUn conmovedor relato Mary ++ inspirado en esa parte de la historia tan tremenda. Felicidades por tan genial planteamiento. Abrazos.
ResponderEliminarSaludos Marina, muchas gracias tu comentario y amable visita. Éxitos y bendiciones!
EliminarTremendo tu relato, Mery. A mí también me ha gustado mucho el modo que has tenido de tratar el tema y como de pronto ese amor por los trenes, esa leyenda romántica y familiar que inicia la historia, se transforma en algo tan trágico e inesperado. Felicidades!
ResponderEliminarSaludos Marta, Muchas gracias por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarHola, Mery. Tu relato me ha gustado mucho. Me siento muy identificado con el tipo de planteamiento realizado: alguien a quien le apasiona algo determinado (como los trenes, o conocer algún día la ciudad de Nueva York con sus altos rascacielos y su población cosmopolita, etc.) y, de repente, ocurre algo imprevisto y ese mismo objeto de deseo participa del final trágico. Insisto en que tu relato me ha encantado, pero yo hubiese incluido quizá algún detalle más para acentuar el efecto final. ¡Felicidades y suerte en el concurso!
ResponderEliminarDisculpa, me llamo Baldomero (o Beri, como prefieras) y participo con "Filosofía ferroviaria".
ResponderEliminarMuchas gracias Beri por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones¡
EliminarHermosa tu construcción, Mary++. No digo que lo sea la historia, sino lo que has hecho con ella, cuando la has reducido en un soplo, a lo más terrible: la tragedia, enfrentada a los recuerdos hermosos de la infancia. ¡Felicidades!
ResponderEliminarSaludos beba, me alegró te gustó el relato. Muchas gracias por tu visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarHola Mery
ResponderEliminarCasi parece el inicio de una de esas novelas en las que tienes los nervios a flor de piel durante toda su lectura.
Creas gran expectación por saber como va a conseguir sobrevivir.
Enhorabuena.
Como apunta Tara en su relato, estamos a tiempo de correcciones y agarrándome a eso te diré que la palabra "tren" se repite demasiado en los primeros dos párrafos.
Saludos y suerte!!
Saludos Paola, muchas gracias por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarHola Paola, muchas gracias por tu recomendación, la tuve en cuenta. Utilicé el sinónimo transporte ferroviario para no repetir tanto tren. Éxitos y bendiciones!
EliminarAy, Mery. Tu relato sobrecoge el corazón, ese final, qué final.
ResponderEliminarMuy bien narrado y expuesto, como poco a poco nos vas llevando a este terrible desenlace, es realmente bueno. Te felicito.
Un abrazo.
Hola Irene, muchas gracias por tu amable visita y comentario. Me alegro te pareció bueno el relato. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarGracias, Mery, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarBuenas tardes David, gracias a ti por la oportunidad. Éxitos y bendiciones!
EliminarVeo Mery que como comentaste a mi relato, coincidimos en la temática en nuestros dos cuentos. Una época negra de la historia de la humanidad donde los trenes formaron parte de esa realidad macabra, algo que has reflejado muy bien en tu relato. Mucha suerte en el Tintero. Un saludo.
ResponderEliminarSaludos Jorge, igualmente para ti, mucha suerte en el Tintero. Agradezco tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarEs triste que aquello que amamos y nos hace feliz pueda llevarnos a las mismísimas puertas del infierno.
ResponderEliminarUn micro muy duro, Mery, ideal para transformarlo en un relato mucho más largo que ahonde en la barbarie y en la desesperación humana. A ver si es posible que alguna vez aprendamos de nuestros errores.
Un abrazo enorme.
Buen día Bruno, muchas gracias por tu amable visita y comentario. Ojalá nunca más ocurran cosas terribles como el Holocaustos y otros genocidios que se han dado y aun tristemente se dan. Éxitos y bendiciones!
EliminarFantástico el relato, Mary, muy bien llevado y narrado y repleto de tiernas añoranzas y terribles desventuras con mucho significado. Aquello que le dio la vida también se la quita, como cerrando un ciclo forzado por esas macabras acciones.
ResponderEliminarFelicidades, me gustó mucho, mucha suerte y un abrazo.
Saludos Pepe, muchas gracias pro tu amable visita y comentario. Me alegro te gustó el relato. ¡Éxitos y bendiciones!
EliminarEs un relato que te transporta a la época del holocausto. Es muy fácil meterse en la piel del personaje. Está muy bien escrito y se entiende a la primera. ¡Felicitaciones Mery!
ResponderEliminarAbrazo!
Hola Yessikan, agradecida por tu amable visita y comentario. Me alegro te gusto mi relato. ¡Éxitos y bendiciones!
EliminarMe gusta la evolución que hace el relato: pasas de rememorar recuerdos históricos y de familia a hablarnos de un presente dolorosamente terrible para el protagonista. Me parece que se sale de lo que he leído hasta ahora para El Tintero en este reto, así que solo por eso me gusta aún más. Un abrazo y ¡Felices fiestas!
ResponderEliminarHola Rebeca, me alegro que gusta el relato. Agradezco tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarUn relato contundente, un viaje que el protagonista no olvidaría de seguro.
ResponderEliminarParte de una historia que por el argumento se podría calificar de negrísima y vergonzante para la humanidad.
Te deseo suerte.
Un abrazo.
Hola Francisco, muchas gracias por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarQué bonita toda la primera parte, tan visual y plástica que oyes el tren, te llega e olor de hollín, lo vives... y desués ese doloroso final que te lleva aun destrino tan cruel que te encoge el alma.
ResponderEliminarUn saludo y suerte en El tintero, Mery++
Hola María Pilar, muchas gracias por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarAmo los relatos que cuentan una historia, el tuyo es uno de esos, con una clase triste de nuestra Historia Universal, las almas perdidas en ese tren con un trágico destino de la discriminación racial . Aplausos para ti. Saludos desde Venezuela.
ResponderEliminarSaludos Perlas Narrativas, un gusto coincidir con otra venezolana. Muchas gracias por la visita y amable comentario. Bendiciones!
EliminarHola Mery++,
ResponderEliminarHistoria maravillosa y desgarradora. Maravillosa por lo bien escrita y mejor enfocada; desgarradora, por lo que demasiado sabemos. Me gusta mucho esa contraposición entre lo que el o la narrador/a ama de los trenes y lo que le está tocando vivir en uno de ellos. Es un gran relato. Un abrazo conmovido.
Saludos Juana, agradezco tu amable visita y comentario. Me alegro te gustó el relato. Éxitos y bendiciones!
EliminarUn relato singular que comienza como una entrañable crónica sobre la familia y los trenes, y termina con la protagonista en el tren del infierno. Un final cruel y paradójico: de la vida alrededor del tren al tren hacia la muerte. Suerte en el Concurso. Saludos cordiales, Mery.
ResponderEliminarSaludos Paco, agradecida por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarMuy bonita y romántica la forma de comenzar a relatar, Mery, nadie diría el horror en la que acaba.
ResponderEliminarMe ha gustado y me ha dejado un sabor agridulce.
Muchas gracias por pasarte por mi blog y dejarme ese acertado comentario.
Muchas felicidades y éxitos!!
Hola Carla, muchas gracias a ti por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarHola, Mary. Es un relato desgarrador, primero te sumerge en una serie de recuerdos agradables, entrañables para luego enfrentarte a la cruda realidad del final.
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos Mirna, muchas gracias por la amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarUn relato conmovedor, cargado de fuerza y sentimiento. El inicio de la historia no hace pensar en el final.
ResponderEliminarUn abrazo Mery
Puri
Saludos Puri, agradezco tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarBuenas, Mery.
ResponderEliminarVaya giro drástico que da el relato, ha sido inesperado, pero aun así, me ha gustado. Aunque me crea curiosidad como alguien del Reino Unido acaba en un tren camino de Auschwitz.
Un saludo.
Hola Irene, muchas gracias por la visita y amable comentario. El que sus tatarabuelos trabajaran en la construcción del ferrocarril en Inglaterra no significa que él viviera en ese pais más de 100 años después. Sus abuelos podrian ser de cualquier otra parte de Europa. Igual pude desarrollar algo de ello en el relato. Quizá lo alargue en un futuro. Éxitos y bendiciones!
EliminarHola Mery, pensé que te había comentado ya. Sí sabía que te había leído. Un relato sencillo con una historia que no esperas su final. Bien podía haber sido una historia real, esos datos para que la historia llegue aun siendo corta. Lo que uno amó te lleva a la muerte. Estremece. Un abrazo
ResponderEliminarHola Emerencia, muchas gracias por tu amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarCoincido con los compañeros/as en que el enfoque narrativo es genial: empieza siendo un relato costumbrista hasta que se revela la realidad del presente. El feliz vínculo del tren con la familia en el pasado que pasa a ser, paradojas del destino, el verdugo en el presente.Una propuesta muy original, enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos Araceli, agradezco tu amable visita y comentario. Un gusto que te agradó el relato. Éxitos y bendiciones!
EliminarUna viaje al horror en el período mas infame de la historia reciente. Los recuerdos amables de la historia de
ResponderEliminarsu familia vinculada a la del tren, suavizan un relato duro. Saludos y suerte en el Tintero.
Saludos Jose R, muchas gracias por la amable visita y el comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarBonita historia familiar con un triste final. Creo que es la primera vez que visito "Clío en el espejo" pero te aseguro que no va a ser la última. Me gustó tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos David, agradezco la amable visita y comentario. Éxitos y bendiciones!
EliminarSonprende el giro del final y el color que coje de repente una historia que parecía «bonita» Suerte en el tintero! 🐾
ResponderEliminarSaludos Rosa, muchas gracias por pasarte por mi blog y comentar. Éxitos y bendiciones!
EliminarLa bella historia del inicio no hace pensar en el trágico final. Muy buen relato, Mery. Mucha suerte en el Tintero. Un saludo.
ResponderEliminarSaludos Beitvg, agradezco la amable visita y comentario. Me alegro te gustó el relato. Éxitos y bendiciones!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenísima tu Mención de Honor, Mery, mi Enhorabuena! para ti. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Carla, agradecida por tu mensaje de enhorabuena. Éxitos y bendiciones!
EliminarHola, Mery. Te informo por si no has podido ver la entrada en El Tintero de Oro, este relato está seleccionado para ser incluido en la tercera antología de El Tintero de Oro. Más info en el blog de El Tintero. Un abrazo!!
ResponderEliminarSaludos David, gracias, sí leí la información, prontito te lo mando en el formato que indicaste y también te envío la biografía de escritor aficionado :). Muchas gracias por todo David. Éxitos y bendiciones!
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