Dentro del marco teórico para el estudio del
concepto o elemento diablo en Venezuela, el autor Rafael Strauss ofrece un
análisis de la categoría de las representaciones sociales (en lo sucesivo
abreviado como rep. soc.) y de la categoría de las representaciones colectivas
(en lo sucesivo abreviado como
rep.col.), indicando que éstas últimas son introducidas por Durkheim
como reglas de conducta en el medio social y que según Durkheim son creadas
dichas rep.col. por el colectivo para dar una explicación definitiva y por
tanto son estáticas, aunque conceptos como el estudiado por Strauss, el diablo,
dan cuenta de las variedad de abordajes o representaciones explicativas que se
le pueden dar a un concepto teniendo en cuenta diversos elementos. En ese sentido, la diferencia fundamental entre
las rep.soc. y las rep.col. viene
determinado por el carácter estático de estas últimas en contraste con el
carácter dinámico de las primeras.
Las rep.soc. tienen un carácter simbólico e
incluso los términos utilizados para nombrar los símbolos también tienen un
carácter simbólico. Al nombrar las cosas se busca darle un carácter concreto a
lo abstracto dentro del proceso de la cultura que es un sistema de símbolos. El
hecho de representar está presente tanto en las rep.soc. y las rep.col. y
“representar” viene a ser el hecho de “hacer presente en la mente, en la
conciencia”. El surgimiento de unas representaciones en vez de otras se
encuentra influenciado por varios elementos y particularmente por el ámbito
histórico, así, por ejemplo, el lenguaje como vehículo de la cultura influye en
la definición de una representación y ese lenguaje depende de lo histórico.
Lo
social en las representaciones es equivalente a lo compartido, se comparte la
carga simbolizante dada por las representaciones y se comparte de forma
social. Considera el autor R.
Strauss que la categoría de imaginario
está vinculada con la categoría de las rep.soc. y resulta de utilidad en su
análisis de El diablo en Venezuela, siendo el imaginario y las rep.soc. memoria
social en lo cultural que como se mencionó para las rep.soc. su existencia
depende de factores diversos, entre ellos el ámbito histórico es de
importancia, pues permite –al estudiar un elemento en un momento histórico
dado- determinar la estabilidad de la cultura dentro del dinamismo en el que se
desarrolla. Las rep.soc. según refiere Irene Vasilachis son “resultado de las
condiciones en que surgen y operan en el imaginario social compartido”.
El
imaginario se relaciona con la memoria colectiva sea larga o corta, ya que el
hombre y su cultura se mueven tanto en lo diacrónico como en lo sincrónico. Las
mentalidades, la imaginación y la fantasía tiene relación
con las rep.soc. y el imaginario. Las mentalidades son cambiantes debido al
imaginario a través del cual “se pueden alcanzar las aspiraciones, los miedos y
las esperanzas de un pueblo” y son utilizadas por Strauss en su análisis de El
diablo en Venezuela, y también utiliza y delimita los conceptos de imaginación
(como representación o soporte de ideas y como invención o imaginación
sociológica que ve lo social en lo individual) y fantasía (como grado superior
de la imaginación que busca explicaciones alternativas a la realidad).
Por otro lado, también como parte importante del marco
teórico para el análisis de El diablo en Venezuela, el autor considera
pertinente responder a la interrogante de si existe o no el diablo. Y para
responder a la interrogante trata de ampliar la comprensión de los términos que
ella envuelve como el hecho de existir o la existencia y, dada la complicación
del concepto, definir la existencia del diablo implica una análisis desde
distintos ámbitos del conocimiento (entre otros, el antropológico, el
sociológico, el histórico, el psicológico) de forma interdisciplinaria y
considerándose lo psicológico de carácter primordial para el análisis del
diablo, se puede concluir que el diablo existe dentro de la tríada
bio-psico-social pues el ser humano así lo cree, y por ello existe el diablo
tanto dentro del ser humano (el mal es parte de la naturaleza humana) y fuera
del ser humano (ya que el ser humano creó a Dios para que lo protegiese del
mal).
Refiere el autor que, históricamente, ya en el año 561 la Iglesia
católica declara la existencia del diablo y más aún su origen como creación de
Dios (como ángel bueno que luego se rebeló contra Dios y se convirtió en ángel
caído) para contrarrestar las ideas de Maniqueo y Prisciliano respecto al
diablo como no creado por Dios y creador en sí mismo. Se da cuentas en la
Biblia y en mayor proporción en la parte correspondiente al Nuevo testamento
del manejo del concepto de diablo nombrado con distintas acepciones. Se ha dado
cuenta, en la conceptualización del diablo a lo largo de la historia, del
diablo como ese león rugiente que anda buscando a quien devorar, y ataca al ser
humano en sus vulnerabilidades y éste tiene como principal arma para defenderse
su voluntad. La iglesia a lo largo del siglo XX y en el siglo XXI, ha
ratificado la existencia del diablo como el enemigo del bien, y a la Palabra de
Dios y los sacramentos de la Iglesia como armas poderosas contra el diablo. En
definitiva a lo largo de la historia se ha producido la estructuración y ha
funcionado de manera diversa el concepto de diablo o demonio influenciado
particularmente por el desarrollo del cristianismo.
Indica Strauss que su ensayo de análisis El diablo en
Venezuela está dividido en cuatro partes, dos partes que manejan las visiones
del diablo en la época colonial y el período republicano, siendo que el concepto de diablo fue traído a
Venezuela por los conquistadores y evangelizadores españoles, dando cuentas de
que en la época de la conquista y colonización casi todo olía a demonio – menos
la mano de obra- y por tanto debía ser eliminado, donde también se crea la
conceptualización en el otro, o mejor dicho por el otro, por el colonizado, que
es considerada demoníaca per se. Strauss menciona grosso modo la historiografía
consultada para realizar su ensayo en la parte referente a la época colonial.
Navarrete y Lavaisse ofrecen un amplio
espectro referido al abordaje del diablo.
De la época republicana que delimita
Strauss (1808-1936) refiere los distintos diablos que se ha creado, como por
ejemplo el tirano –o diablo- Boves, toda vez que el diablo medieval comienza a
cuestionarse con las ideas ilustradas y ese cambio es analizado también en el
ensayo de Strauss. La tercera parte del texto de Strauss refiere al diablo en
el contexto de la imaginación sociológico, en las versiones populares, se
analiza la conversión del diablo en mito o leyenda. La cuarta y última parte
del texto de Strauss refiere las visiones del diablo en la literatura y más aún
la vinculación de discurso literario con la imaginación sociológica, en tanto
que los que escriben la literatura se ven influenciados por las “definiciones más difundidas de la
realidad humana”
Realizado por: Pérez, Mery
photo credit: Diablo 3 - Tyrael via photopin (license)
[1] Rafael Strauss K. El diablo en Venezuela. Certezas, comentarios,
preguntas. Fundación Biggot. Serie
Orígenes. 1ra. Edición 2004.
Créditos:
Créditos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario