Blancanieves y los siete pecados capitales

Blancanieves y los siete pecados capitales

 

La reina madrasta preguntó al espejito quién era la más bella y el espejo respondió: "Es la princesa Blancanieves la más bella criatura de todo en derredor".

 

Y entonces fue Blancanieves exiliada de su reino, por ser la más bella y virtuosa heredera que, en cualquier tiempo y lugar, alguno haya podido ver. La envidia de su hermosa pero carente de virtudes  madrastra, la llevó a exiliar al bosque a la bella y joven princesa,  en espera de que no sólo su cuerpo fuese devorado por las bestias sino que, principalmente, todas sus virtudes fuesen una a una aniquiladas.

Así fue como en el bosque la joven se encontró con siete supuestos aliados que de una u otra forma a la muerte la llevaron.

El primero fue la lujuria que de su cuerpo se apoderó cuando vio a aquel joven, guapo y fuerte cazador.

Después la halló la pereza, cuando de pronto descubrió que ahora su casa era el bosque y en limpiarlo no se deleitó.

El tercero fue la gula, cuando a comer se dedicó de todos esos ricos frutos que el bosque le regaló.

Después la alcanzó la ira, cuando el tiempo se pasó, y odió y quería matar a su madrastra, quien en el bosque la dejó.    

También la envidia se hizo presente, envidió a las estrellas, pues si ella era tan bella porque tenía que conformarse con sólo ver estrellas en el cielo cuando podía ser una de ellas.

La avaricia la sedujo y quiso del cazador aprovecharse y usarlo para lograr todos sus egoístas ardides de venganza y destrucción.

Finalmente el peor de todos, la soberbia la poseyó, y quiso no sólo ser una reina sino quería ser una diosa y llenar el mundo entero de odio y de destrucción.

Y así ganó la madrastra, Blancanieves se perdió, pues aunque vivía y seguía físicamente bella, su alma quedó encerrada en la fealdad que el mal le concedió.

Ahora el espejito, cuando se le es consultado, refiere con gran tristeza que en el reino ya no existe ni una sola belleza.

Créditos:
photo credit: Blancanieves via photopin (license)


NOTA: Este relato participa en el CONCURSO "LA CARA B" DE LOS CUENTOS CLÁSICOS propuesto por el blog El Círculo de Escritores.