¿Los genes lo definen todo?: Comentario sobre el vídeo de
Nicholas Christakis sobre La influencia oculta de las redes sociales
(Transcripción en español de la conferencia al final del comentario)
(Transcripción en español de la conferencia al final del comentario)
El comentario
de Nicholas Christakis respecto a la
diferencia entre el titular de EE.UU y el de Europa en cuánto a la influencia
de la obesidad y que por un lado se achacó la responsabilidad al otro (en
EE.UU) y por la otra parte (en Europa) en cierta forma se le asigna responsabilidad
a uno mismo, aunque en realidad en ambos casos se le está quitando la
responsabilidad al involucrado directo, es un ejemplo de esa visión mecanicista
propia del paradigma reduccionista en la que se maneja el modelo de que todas
las cosas en el universo, incluidos nosotros los seres humanos, somos máquinas programadas para las que ya todo
está planificado y es previsible, en una suerte de destino manifiesto material
y no divino, y que por lo tanto no
tenemos ningún efecto ni responsabilidad en los que sucede y nos sucede.
Los genes han jugado un papel determinante al
definirlos como responsables de las características tanto físicas como
conductuales de los seres humanos y, muchas veces, científicamente todo lo que experimenta a
nivel físico y sensitivo el ser humano se busca atribuir a su constitución
genética. Está claro que la genética tiene una marcada influencia en lo que
somos, sin embargo, como bien lo explica Christakis en su discurso que los
genes influyen en cómo creamos nuestras redes sociales, lo hacen sólo en parte ya
que las interacciones, para el caso de
las redes sociales, relacionadas al entorno
en el que nos desenvolvemos y con quienes compartimos pueden hacernos
diferentes a nivel conductual.
El que tengamos efecto y responsabilidad en lo que
sucede y nos sucede es algo muy útil que aporta el nuevo paradigma holista con
las características emergentes propias de los sistemas complejos. Ese efecto y
responsabilidad que se tiene sobre lo que sucede, quizá como diría una línea de
la película de Spiderman “resulta un gran poder
que implica una gran responsabilidad”
(.-)) pero de
la cual vale la pena hacerse responsables y sin duda es mucho más beneficioso
que vivir en un modelo en el que no podemos cambiar nuestro modo de ver y hacer
las cosas pues somos considerados máquinas. Entender que todos estamos
conectados como lo determinó Christakis con sus análisis, y que podemos hacer la
diferencia positiva en nuestra vida y la de otros es un propósito en la vida
muy alentador y que hay que afrontar con un gran amor y bondad como la que
menciona Christakis que debemos tener al desenvolvernos en nuestras redes sociales. Sin duda, una
persona infeliz puede dejar de serlo sólo por sentirse y ser bondadosamente
tratado por otro.
Quizá el cerebro humano, aunque también es considerado una máquina,
puede hacer la diferencia y sobrepasar a los genes como ya no determinante
definitivo de lo que somos, pero sí de lo que podemos ser. Por algo Pascal dijo alguna vez: “Toda
nuestra dignidad consiste en el pensamiento”.
Transcripción de conferencia de Nicholas Christakis La influencia oculta de las redes sociales (The hidden influence of social networks) en TED talks (https://www.youtube.com/watch?v=2U-tOghblfE)
Y entonces me di cuenta de repente de dos cosas muy simples.
Primero, que el "efecto viudez" no se restringía a maridos y esposas.
Segundo, no se restringía a pares de personas. Y comencé a ver el mundo de un
modo totalmente nuevo de pares de personas mutuamente conectadas. Y después me
di cuenta que estos individuos se conectarían de a cuatro con otros pares de
personas cercanas. Y luego, de hecho, esta gente formaría parte de otras clases
de relaciones como el matrimonio la amistad y otros tipos de vínculos. Y que,
de hecho, estas conexiones eran inmensas y que todos estábamos integrados en
este amplio grupo de conexiones de unos con otros. Así que comencé a ver el
mundo de un modo totalmente diferente y comencé a obsesionarme con esto.
Comenzó a obsesionarme la idea de cómo podría ser que estuviésemos integrados
en estas redes sociales y cómo éstas afectan nuestras vidas. Así, las redes
sociales son estas cosas de belleza intrincada tan elaboradas y tan complejas y
tan ubicuas, de hecho, que uno tiene que preguntarse para qué sirven. ¿Por qué
estamos integrados en las redes sociales? Quiero decir, ¿cómo se forman? ¿Cómo
funcionan? ¿Y cómo nos afecta?
Y así que mi primer tema, respecto de esto, no fue la muerte
sino la obesidad. Y, de repente, se había puesto de moda hablar de la epidemia
de obesidad. Y, junto con mi colaborador James Fowler, comenzamos a
preguntarnos si la obesidad era realmente una epidemia y podría propagarse de
persona a persona como las cuatro personas que discutimos anteriormente. Esta
es una diapositiva de algunos de nuestros resultados iniciales. Son 2.200
personas en el año 2000. Cada punto es una persona. Hicimos el tamaño del punto
proporcional al tamaño corporal de las personas. Así que puntos más grandes son
gente más grande. Además, si el tamaño de tu cuerpo, si el IMC, el índice de
masa corporal, es superior a 30 si es clínicamente obeso coloreamos los puntos
de amarillo. Si miramos esta imagen de inmediato podremos ver que hay grupos de
obesos y no obesos en la imagen. Pero la complejidad visual todavía es muy
alta. No es obvio lo que está pasando exactamente. Además, surgen de inmediato
algunas preguntas. ¿Cuánta afinidad hay? ¿Hay más de afinidad de la que habría
debido al simple azar? ¿Cuán grandes son los grupos? ¿Hasta dónde llegan? Y más
importante: ¿qué es lo que causa los agrupamientos?
Así que hicimos algo de matemáticas para estudiar el tamaño
de estos grupos. Esto de aquí muestra, en el eje Y, el aumento de la
probabilidad de que una persona sea obesa, dado que un contacto social suyo es
obeso. Y en el eje X, los grados de separación entre las dos personas. Y en el
extremo izquierdo se ve la línea púrpura. Dice que si tus amigos son obesos tu
riesgo de obesidad es 45% mayor. Y la barra de al lado, la línea naranja, dice
que si los amigos de tu amigo son obesos tu riesgo de obesidad es 25%. Y luego,
la próxima línea dice que si los amigos de los amigos de tu amigo, gente que
probablemente no conozcas, son obesos tu riesgo de obesidad es 10%. Y sólo
cuando llegamos a los amigos de los amigos de los amigos de los amigos es que
ya no existe una relación entre el tamaño corporal de esa persona y tu propio
cuerpo.
Bien, ¿qué podría estar causando este agrupamiento? Hay al
menos tres posibilidades. Una posibilidad es que dado que yo aumenté de peso
eso hace que tu aumentes de peso una suerte de inducción, una especie de
propagación de persona a persona. Otra posibilidad, muy obvia, es la homofilia
o Dios los cría y ellos se juntan. Aquí, construyo mi vínculo contigo porque
ambos compartimos un tamaño corporal similar. Y la última posibilidad es lo que
conocemos como confusión, porque confunde nuestra capacidad para entender lo
que está pasando. Y aquí, la idea no es que mi aumento de peso es la causa de
tu aumento de peso ni que prefiero construir un vínculo contigo porque ambos
compartimos el mismo tamaño corporal sino que compartimos una exposición común
a algo así como un club de salud que nos hace bajar de peso, al mismo tiempo.
Y cuando estudiamos estos datos, encontramos evidencia de
todas estas cosas, incluyendo la inducción. Y encontramos que, si tu amigo se
vuelve obeso, eso aumenta el riesgo de obesidad en alrededor de 57% en el mismo
período de tiempo. Y puede haber muchos mecanismos para este efecto. Una
posibilidad es que tus amigos digan algo como... ya saben, se comporten de
algún modo que se propaga y dicen algo como, "Vamos a comer los magdalenas
con cerveza", que es una combinación terrible pero adoptas esa combinación
y entonces comienzas a aumentar de peso como ellos. Y otra posibilidad más
sutil es que empiezan a aumentar de peso y eso cambia tus ideas de lo que es un
tamaño corporal aceptable. Y, aquí, lo que se está transmitiendo de persona a
persona no es un comportamiento sino más bien una norma. Una idea se está
difundiendo.
Ahora, los redactores de titulares se harían un festín con
nuestros estudios. Creo que el titular en el New York Times fue "¿Le
ajusta la ropa? Culpe a sus amigos gordos". Lo interesante, para nosotros,
fue que los titulares europeos tenían una mirada diferente, decían: "¿Sus
amigos aumentan de peso? Quizá tu tienes la culpa". (Risas) Y pensamos que
este era un comentario muy interesante en EE.UU. del tipo autoservicio una
suerte de fenómeno "no es mi responsabilidad".
Ahora quiero ser muy claro, no creo que nuestro trabajo
debería o podría justificar los prejuicios contra personas de uno u otro tamaño
corporal, en absoluto. Ahora, nuestras siguientes preguntas son: ¿Podríamos
visualizar realmente la propagación? ¿El aumento de peso de una persona
realmente se propaga en el aumento de peso de otra persona? Y esto era algo
complicado porque teníamos que tener en cuenta el hecho de que la estructura de
la red la arquitectura de los vínculos estaba cambiando con el tiempo. Y,
además, dado que la obesidad no es una epidemia con un solo centro, no existe
un "paciente cero" de la epidemia de la obesidad, si encontramos a
ese tipo existiría una propagación de obesidad a partir de él. Es una epidemia
multi-céntrica; muchas personas están haciendo cosas al mismo tiempo. Y les voy
a mostrar una animación en video de 30 segundos que nos llevó a James y a mí 5
años de nuestras vidas. Así que, de nuevo, cada punto es una persona. Cada
vínculo entre ellos es una relación. Y ahora lo vamos a poner en movimiento
tomando cortes diarios de la red durante cerca de 30 años.
Los tamaños de los puntos van a ir creciendo. Van a ver
aparecer una marea amarilla. Van a ver personas que nacen y mueren; los puntos
aparecerán y desaparecerán. Lazos que se forman y se rompen. Matrimonios y
divorcios amistades y enemistades mucha complejidad, están sucediendo muchas
cosas sólo en este período de 30 años que incluye la epidemia de obesidad. Y al
final vamos a ver agrupamientos de individuos obesos y no obesos dentro de la
red. Ahora, cuando miramos esto, cambia la manera de ver las cosas porque esta
cosa, esta red, que cambia con el tiempo tiene una memoria, se mueve, las cosas
fluyen dentro de ella tiene una suerte de consistencia; la gente puede morir,
pero no muere; sigue perdurando. Y tiene capacidad de recuperación que le
permite perdurar en el tiempo.
Y así, llegué a ver estos signos de las redes sociales como
cosas vivientes cosas vivientes que podíamos poner bajo una especie de
microscopio para estudiar, analizar y comprender. Y usamos varias técnicas para
hacerlo. Comenzamos a explorar todo tipo de otros fenómenos. Así, analizamos
los hábitos de fumar y de beber el comportamiento electoral y el divorcio, que
puede propagarse, y el altruismo. Y, finalmente, nos interesaron las emociones.
Ahora, cuando tenemos emociones, las mostramos. ¿Por qué mostramos nuestras
emociones? Quiero decir, habría una ventaja en experimentar internamente nuestras
emociones, ya saben, el enojo o la felicidad, pero no sólo las experimentamos,
las mostramos. Y no sólo las mostramos, sino que otros pueden interpretarlas. Y
no sólo que pueden interpretarlas, sino que las copian. Hay un contagio
emocional que se produce en las poblaciones humanas. Y por eso esta función de
las emociones sugiere que, además de cualquier otro propósito al que sirven,
son una forma primitiva de comunicación. Y que, de hecho, si realmente queremos
comprender las emociones humanas tenemos que pensarlas de esta manera.
Ahora, estamos acostumbrados a pensar en las emociones de
esta manera en simples, breves períodos de tiempo. Así, por ejemplo, yo estaba
dando esta charla recientemente en Nueva York y dije: "Ya saben, como
cuando uno está en el metro y la persona de en frente nos sonríe y uno
instintivamente devuelve la sonrisa". Y me miraron y decían: "No
hacemos eso en Nueva York". Y yo les dije: "El resto del mundo lo
hace es un comportamiento humano normal". Hay una manera muy instintiva en
la que, de manera breve, nos transmitimos emociones unos a otros. De hecho, el
contagio emocional puede ser más amplio aún como podríamos tener expresiones de
ira acentuadas en las protestas. La pregunta que queríamos hacernos era:
¿Podría propagarse la emoción de manera más sostenida en el tiempo que en las
protestas e involucrar a grandes cantidades de gente y no sólo este par de
individuos sonriendo mutuamente en el vagón de metro? Quizá haya una especie de
disturbio silencioso bajo la superficie que nos anima todo el tiempo. Quizá hay
estampidas emocionales que se propagan por las redes sociales. Quizá, de hecho,
las emociones tienen una existencia colectiva y no sólo una existencia
individual.
Y esta es una de las primeras imágenes que hicimos para
estudiar el fenómeno. De nuevo, una red social pero ahora coloreamos a la gente
de amarillo si están felices de azul si están tristes y verde para los
intermedios. Y si miran esta imagen se puede ver de inmediato grupos de gente
feliz e infeliz nuevamente, propagado a tres niveles de separación. Y uno
podría intuir que la gente que no es feliz ocupa una ubicación en la estructura
diferente dentro de la red. De modo que hay un medio y unos extremos en esta
red y los que no son felices parecen estar ubicados en los extremos. Para
emplear otra metáfora si imaginan las redes sociales como una especie de enorme
tejido humano yo estoy conectado contigo y tú con ella, y así siguiendo
indefinidamente ese tejido es en realidad como un edredón antiguo de EE.UU. que
tiene parches, parches de felicidad e infelicidad. Y que uno esté feliz o no
depende de si uno ocupa un parche feliz.
(Risas)
Así, este trabajo con emociones, que son tan fundamentales
nos llevó a pensar en que, tal vez, las causas fundamentales de las redes
sociales humanas estén de alguna manera codificadas en nuestros genes. Porque
las redes sociales humanas, cuando sea que se mapeen, siempre tienen este
aspecto la imagen de la red pero nunca se ven de este modo. ¿Por qué no se ven
así? ¿Por qué no formamos redes sociales humanas que tengan forma de red
regular? Bueno, los sorprendentes patrones de redes sociales humanas su
ubicuidad y su propósito aparente piden que nos preguntemos si evolucionamos
para tener redes sociales humanas en primer lugar y si evolucionamos para
formar redes con una estructura en particular.
Y observen ante todo... y así, para entenderlo, sin embargo
primero tenemos que diseccionar la estructura de la red un poquito. Y observen
que cada persona de esta red tiene exactamente la misma ubicación en la
estructura que cualquier otra. Pero ese no es el caso de las redes reales. Así,
por ejemplo, aquí hay una red real de estudiantes universitarios en una
universidad de la élite del noreste. Y ahora estoy resaltando unos pocos puntos
y si miran aquí los puntos comparen el nodo B, en la parte superior izquierda,
con el nodo D, en el extremo derecho. B tiene 4 amigos que salen de él. Y D
tiene 6 amigos que salen de él. Entonces, estos dos individuos tiene distinta
cantidad de amigos eso es muy obvio, todos lo sabemos. Pero hay otros aspectos
de la estructura de las redes sociales que no son tan obvios.
Comparen el nodo B del extremo izquierdo con el nodo A de la
parte inferior izquierda. Ahora, estas dos personas tienen ambos 4 amigos pero
los amigos de A se conocen entre sí y los amigos de B no. Así que los amigos de
los amigos de A también son amigos de A mientras que un amigo de un amigo de B
no es amigo de B está más lejos en la red. Esto se conoce como transitividad en
las redes. Y, finalmente, comparen los nodos C y D. C y D ambos tienen 6
amigos. Si les preguntamos, les decimos, "¿Cómo es tu vida social?"
dirán; "Tengo 6 amigos, esa es mi experiencia social". Pero ahora
nosotros a vista de pájaro, mirando esta red, podemos ver que ellos ocupan
mundos sociales muy diferentes y puedo transmitirles esa intuición con sólo
preguntarles: ¿Quién quisieras ser si un germen mortal se esparciera por la
red? ¿Preferirías ser C o D? Preferirías ser D, en el extremo de la red. Y,
¿quién preferirías ser en cambio si hay un chisme jugoso, no sobre ti, que se
difunde por la red? Ahora, preferirías ser C.
Así, distintas ubicaciones en la estructura tienen
diferentes implicaciones en la vida. Y, de hecho, cuando hicimos algunos
experimentos mirando esto encontramos que el 46% de la variación en la cantidad
de amigos que uno tiene se explica por nuestros genes. Y esto no es
sorprendente. Lo sabemos, algunas personas nacen tímidas y otras nacen
sociables. Eso es obvio. Pero también encontramos algunas cosas que no son
obvias. Por ejemplo, el 47% de la variación en si nuestros amigos se conocen
entre sí es atribuible a nuestros genes. Que nuestros amigos se conozcan entre
sí tiene que ver no sólo con sus genes sino con los nuestros. Y pensamos que la
razón de esto es que a alguna gente le gusta presentar a sus amigos entre sí,
saben quiénes son, y otros los mantienen separados, no los presentas a unos con
otros. De ese modo algunas personas tejen juntos la red en torno a ellos
creando una densa telaraña de vínculos en la que se encuentran cómodamente
contenidos. Y, finalmente, encontramos incluso que el 30% de la variación de si
una persona se encuentra en el centro o en los extremos de la red puede
atribuirse también a sus genes. Así que el que uno se encuentre en el centro o
en los extremos se debe en parte a la herencia.
Ahora, ¿qué sentido tiene esto? ¿Cómo ayuda esto a entender?
¿Cómo nos ayuda esto a descubrir algunos de los problemas que nos están
afectando actualmente? Bueno, el argumento que me gustaría plantear es que las
redes tienen valor. Son una especie de capital social. Emergen nuevas
propiedades debido a nuestra inserción en las redes sociales, estas propiedades
aquí en la estructura de las redes, no sólo en los individuos dentro de ellas. Piensen
en estos dos objetos comunes. Ambos están compuestos de carbón. Uno de ellos
tiene átomos de carbón organizados en una forma particular, a la izquierda, y
se obtiene grafito, que es blando y oscuro. Pero si uno toma los mismos átomos
de carbón y los interconecta de diferente manera obtiene un diamante, que es
claro y duro. Y esas propiedades de suavidad, dureza, oscuridad y claridad no
residen en los átomos de carbono. Residen en las interconexiones entre los
átomos de carbono, o por lo menos surgen debido a las interconexiones entre los
átomos de carbono. Así, del mismo modo, el patrón de conexiones entre las
personas confiere a los grupos de personas diferentes propiedades. Es el
vínculo entre las personas lo que hace que el todo sea mayor que la suma de sus
partes. Y no es sólo lo que le pasa a estas personas si están adelgazando,
engordando, enriqueciéndose o empobreciéndose siendo felices o no, lo que nos
afecta. Se trata también de la arquitectura real de los lazos que nos rodean.
Nuestra experiencia del mundo depende de la estructura real
de las redes en las que residimos y del tipo de cosas que surgen y fluyen por
la red. Ahora, la razón por la que creo que esto es así es que los seres
humanos se unen entre sí y forman una especie de súper organismo. Ahora, un
súper organismo es una especie de colección de individuos que muestran o
evidencian comportamientos o fenómenos que no se pueden reducir al estudio de
los individuos y deben ser entendidos en referencia a mediante el estudio del
conjunto como, por ejemplo, una colmena de abejas que está en busca de un lugar
para anidar o una bandada de pájaros que está evadiendo a un depredador, O una
bandada de aves capaz de reunir su sabiduría, navegar y encontrar un pequeño
punto una isla en medio del Pacífico. o una manada de lobos que puede derribar
presas de mayor tamaño. Los súper organismos tienen propiedades que no pueden
ser comprendidas mediante el estudio de los individuos. Pienso que comprender
las redes sociales y cómo se forman y funcionan nos puede ayudar a comprender,
no sólo la salud y las emociones, sino todo tipo de fenómenos como el crimen y
la guerra y los fenómenos económicos como las corridas bancarias y las caídas
de los mercados y la adopción de la innovación y la propagación de la adopción
de productos.
Ahora, miren esto. Creo que formamos redes sociales porque
los beneficios de una vida conectada son superiores a los costos. Si siempre
soy violento contigo o te doy información errónea o te pongo triste o te
infecto con gérmenes mortales tú cortarías los lazos conmigo y la red se
desintegraría. Así que la propagación de cosas buenas y valiosas es necesaria
para sostener y nutrir las redes sociales. Del mismo modo, las redes sociales
son necesarias para la difusión de cosas buenas y valiosas como el amor y la
bondad la felicidad, el altruismo y las ideas. De hecho, creo que si nos
diéramos cuenta de lo valiosas que son las redes sociales pasaríamos mucho más
tiempo alimentándolas porque pienso que las redes sociales se relacionan
fundamentalmente con la bondad, y pienso que lo que el mundo necesita ahora son
más conexiones.
Gracias.
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