Luz
Te
fuiste al cielo un martes, ¡qué terrible tu partida, amado Eduardo!. Aunque te
fuiste en paz y pudiste despedirte junto a tus amados, fue lo más triste que pudo
pasar. Fue un aciago día en el que cayó un torrencial aguacero como preludio de
lo que habría de sentir por tu partida, un chaparrón de tristeza, una
tétrica oscuridad y un infinito vacío. Tus últimas palabras fueron “Siempre te amaré".
Sí, siempre me amaste y siempre me amarás. Yo también te he amado siempre y nunca dejaré de hacerlo. Mas hoy soy feliz, sí, infinitamente feliz, pese a que ya no estás físicamente con nosotros. Hoy, una luz resplandeciente e infinita devolvió el sentido a la vida, colmándola de plenitud. Soy una con el Universo, soy como un árbol cuya flor se marchita pero que por dentro está lleno de vida y listo para darla, para florecer de nuevo, para dar a luz a un mundo entero.
Sí, siempre me amaste y siempre me amarás. Yo también te he amado siempre y nunca dejaré de hacerlo. Mas hoy soy feliz, sí, infinitamente feliz, pese a que ya no estás físicamente con nosotros. Hoy, una luz resplandeciente e infinita devolvió el sentido a la vida, colmándola de plenitud. Soy una con el Universo, soy como un árbol cuya flor se marchita pero que por dentro está lleno de vida y listo para darla, para florecer de nuevo, para dar a luz a un mundo entero.
Desafortunadamente
te fuiste, pero cumpliste tu propósito y me pasaste tu esencia. Ahora estoy
pronta a traer al mundo a la luz de mi vida, esa luz que creó nuestro amor que
nunca morirá. Voy a dar a luz a mi mundo, nuestro mundo querido Eduardo.
Realmente
parimos la vida a diario, a diario engendramos mundos, porque somos parte y
esencia de la naturaleza, del Todo que es mayor que la suma de sus partes, y experimentamos
esa dinámica de la existencia, de vida a muerte, de alegría a tristeza, de placer a dolor, de luz a
oscuridad, pero también, y más importante aún, de muerte a vida, de tristeza a alegría, de dolor a placer, de oscuridad a luz.
Eduardo, el mundo que concebimos, nuestro
hijo, se llamará Luz, porque la luz es la esperanza de un bendecido porvenir.
NOTA:
Este relato fue honrado con el segundo (2do.) lugar en el concurso en el que participó 6to CONCURSO “ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN” . Muchas gracias a los organizadores del concurso y a todos los participantes.
Este relato se creó basado en la imagen de arriiba y participa en el 6to CONCURSO “ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN” propuesto en la comunidad ALMAS DE BIBLIOTECAS Y CINES en Google+ por los administradores del blog El Círculo de Escritores
Créditos:
NOTA:
Este relato fue honrado con el segundo (2do.) lugar en el concurso en el que participó 6to CONCURSO “ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN” . Muchas gracias a los organizadores del concurso y a todos los participantes.
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