¿Revolución Informática o industrialización?: La era de
la información como proceso de industrialización
Actualmente prevalece la tendencia a considerar
a estos tiempos como la era de la información en el sentido de constituir un
cambio radical en la visión y relación con el mundo por parte del hombre y de
impacto en todos los ámbitos del quehacer humano. Ciertamente las limitaciones
y fronteras regionales y de información se desvanecen con las posibilidades que
ofrece la superautopista de la información –es decir, uno de los más famosos y
universales acrónimos, la WWW- y demás servicios proporcionados por Internet.
Además, los vertiginosos avances en las telecomunicaciones, las nuevas máquinas
informáticas, la robótica, etc., abren sin duda un mundo de “posibilidades y potencialidades materiales”
que se perfilan infinitas y que hace algunos años podrían haberse considerado
ciencia ficción, pero ¿genera este incremento en las posibilidades y
potencialidades materiales una transformación estructural de la evolución
técnica y económica, de tal manera que se pueda definir como el surgimiento de
una nueva era, llámesele era de la información u otro, diversa a la era
industrial?.
Obviamente el amplio horizonte de posibilidades
que ofrece las tecnologías de la información fomenta la globalización y tiene
un impacto generalmente incremental -no obstante, se siguen dando declives en
la economía como las conocidas crisis económica en los mercados de capitales a
nivel mundial- en el desarrollo de la Civilización Mundial y la Economía
Mundial, pero ¿las modifica en su
esencia en lo que a su base técnico-económica se refiere? ¿perfila un nuevo
modo de producción distinto al industrial? Pienso que no, ateniéndome a la
Revolución Industrial desde el estricto punto de vista técnico-económico, como
se propone, las nuevas tecnologías de la información continúan generando –en
general, de manera más acentuada- la expropiación del productor y la creación
de nuevos mercados, sigue orientada por la tecnología de la máquina de trabajo,
de hecho, la robótica, e.g., ofrece la posibilidad de tener una máquina
creadora que, en cierto modo, puede pensarse viene a sustituir al hombre en la
creación, pero más bien viene a constituir otro tipo de máquina de trabajo,
ciertamente más sofisticado, como puede serlo el PC o pudo serlo cualquier otra
innovación o creación humana que se ha realizado a lo largo del tiempo y que ha
contribuido al desarrollo del trabajo y fabricación de objetos por parte del
hombre.
También este desarrollo de las tecnologías de
la información continúa orientándose a producir para el mercado, por ejemplo
sea ya produciendo páginas web publicitarias y/o de venta online que aumenten
la comercialización y venta de productos –además las páginas constituyen per se
un producto de venta para la compañía de software que las crea- o sea mediante
la producción y uso de sofisticados dispositivos como los celulares o los
computadores, por nombrar unos de uso masivo.
Y, sin duda, la relación
capital-trabajo pervive en el modo de producción en el que se desarrollan las
tecnologías de la información, se busca maximizar la producción para la rápida
comercialización y la obtención de mayor y más rápida ganancia; así que el modo
de producción que desarrollan las tecnologías de la información no es otro sino
el modo de producción industrial, por lo que el desarrollo de las tecnologías
de la información constituye un proceso de industrialización particular dentro
de la totalidad histórica de alcance planetario que perfila una civilización
mundial y una economía igualmente mundial, por tanto, el auge de la tecnología
de la información es una particularidad del macrofenómeno de la Revolución
Industrial siendo esta última “una
perspectiva estructural y tendencia a largo plazo en la evolución económica así
como al modo en que ello contribuye a hacer del mundo una totalidad histórica
concreta”.
NOTA: Comentario sustentado en contenido propuesto por Prof. Oscar León en la Cátedra de Historia Universal Contemporánea en la UCV.
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