"Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto." Steve Jobs (1955-2011) Empresario e informático estadounidense.
La confesión
Una funesta tarde
de abril al cumplir la mayoría de edad, mis padres decidieron darme el regalo
más inesperado del mundo. Para celebrar la icónica fecha, me invitaron a cenar
en un lugar suntuoso y muy a la moda donde se podían realizar celebraciones muy
privadas. Pero lo que me dijeron en ese lugar cambió mi visión del mundo, de la
vida que había llevado hasta la fecha y de quién era yo.
Después de
brindar alegremente por los dieciocho años tan bien vividos, el semblante de
mis padres cambió a un tono de seriedad y tristeza. Me dijeron que tenían algo importante que
decirme en ese momento de alegría, que quizá sería sorpresivo, pero que a la
vez me haría entender muchas cosas. Entonces lo dijeron:
- Hijo, sabes que te amamos mucho. No sabemos si
lo sospechaste alguna vez, pero en realidad nosotros somos tus padres
adoptivos. –dijo mi padre mientras acariciaba mi hombro para consolarme y mi madre lloraba atribulada.
Al escuchar
esas palabras mi corazón se aceleró y todos mis recuerdos al unísono comenzaron
a verse borrosos. Pensé que mi vida había sido una toda una mentira, que mi identidad
era toda una farsa. Mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude pronunciar palabra
hasta que mi padre, ahora sabido adoptivo,
me dijo mientras seguía acariciando mi hombro y mi madre continuaba llorando:
- Lo sentimos hijo, sabemos que es una confesión
muy dura pero pensamos que era lo mejor para ti. Tus padres te concibieron
cuando eran muy jóvenes y no más naciste te dieron en adopción. Somos tus
padres, hijo, sólo queríamos que supieras esta verdad de parte de nosotros y no
por otros que quisiesen lastimarte.
Y entonces exploté
desde lo más profundo de mi ser y grité lleno de frustración:
- ¡Oh Dios mío!, y es que creen que ustedes no me
lastiman. Le pregunto a ustedes, papá, mamá y a también a mis padres biológicos:
¿Qué delito cometí contra vosotros naciendo?. Porque me han hecho esto. Permitirme vivir por
tantos años una mentira. En la época en que mi carácter y personalidad se iba formando,
han dejado que me forjara sobre unos cimientos de arena. ¿Ahora qué será de mí?.
¿Tendré acaso que empezar desde cero?, ¿Cómo podré saber quién soy?
Abandoné el
lugar sin esperar respuesta de mis padres, quienes desesperados me seguían y me
suplicaban que esperara, que querían explicarme porqué y querían que entendiera. Pero yo salí sin mirar atrás. Y nunca supe lo que mis padres querían decirme, porque ese aciago día
los perdí también a ellos, sufrieron un trágico accidente automovilístico
de vuelta a casa.
Nunca me he perdonado
mi actitud hacia mis padres en esa última vez que compartimos. ¡Me sentía tan frustrado!.
Y aún hoy me siento algo frustrado, pero de ninguna manera molesto con mis padres. Sé que ellos hicieron
por mi lo mejor que pudieron, o al menos lo que pensaron era lo mejor. He investigado sobre mis padres biológicos
pero no he podido atar los cabos para llegar a
ellos. Al final he terminado comprendiendo que no había perdido mi identidad,
que no importaba de donde había venido, sino hacia donde me dirigía, y lo que había hecho de mi con mis elecciones... y la de mis padres. Y así he podido
continuar con mi vida, que quedó vacía en una parte por la ausencia de mis
queridos padres, no biológicos, pero sí mis verdaderos padres.
Nota:
Este relato participa en el Concurso "FRASELETREANDO" propuesto en la comunidad ALMAS DE BIBLIOTECAS Y CINES en Google+ . La frase utilizada es de Segismundo en la obra "La vida es sueño" de escritor Calderón de la Barca: ¿Qué delito cometí contra vosotros naciendo?.
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