Fugitivo
El panorama era
totalmente lúgubre. Se respiraba muerte. Joakim no podía creer lo que veían sus
ojos. El lugar que hasta hacía poco había sido su hogar ahora era sólo
escombros. Y él se convirtió en fugitivo
en un planeta de máquinas. Su familia y todos
sus amigos fueron absorbidos por el nuevo sistema impuesto por los extraterrestres
que colonizaron La Tierra. Joakim pensó
que quizá él era el único renegado.
Ocurrió un
domingo de invierno. Desde el cielo una
nave gigantesca descendió y se posó en el mar. Su forma era la de una cabeza y tenía muchos engranajes. Un gran círculo en el
centro se abrió y se fue formando un
puente por el que comenzaron a salir unos seres muy parecidos a los humanos pero
con engranajes en sus rostros y un eventual brillo en sus cuerpos.
Los noticieros
reportaron la noticia atónitos con lo que sucedía y esperando que los extraños visitantes
vinieran en son de paz. Pero no fue así, una vez que descendieron de la nave, casi
de inmediato los visitantes dejaron saber que venían a dominar. Sacaron de sus
costados unas inmensas armas con las que apuntaban a la cabeza de todo él que
se les cruzaba y al dispararles los convertían en unas marionetas de sus
deseos. Los humanos perdían su capacidad de raciocinio y eran robotizados, quedando totalmente
controlados por sus agresores y transportados al otro lado de la nave a través
del puente. Y los humanos no tenían forma de defenderse ya que todas las
computadoras eran también controladas por los invasores.
Joakim se
resistió a la robotización. Por alguna extraña y desconocida razón, aunque su
propia madre, ya robotizada, le disparó con una de esas armas que usaban los invasores, él no
perdió su capacidad de pensar. Y cuando
los extraterrestres se dieron cuenta de que Joakim no pudo ser dominado,
dispararon contra él otras armas ya no de robotización sino de destrucción material,
convirtiendo su casa en los escombros que ahora Joakim contemplaba
entristecido. Los invasores llamaban El Fugitivo a Joakim.
Pero ahora
Joakim se encontraba en un terrible dilema. Estaba tan solo de ese lado de la
nave, era racional y conservaba su libre albedrío pero se encontraba él solo en su
planeta, huyendo de los invasores. Pero,
¿para qué?. ¿Por qué sólo él había podido librarse del dominio extraterrestre?.
Tenía meses en esa situación, quizá ya años pues había perdido la noción del
tiempo. Pero veía que no podía hacer nada, estaba atado de manos en ese lugar.
Así que Joakim no halló otro camino que el de pasar al otro lado. Comenzó a caminar a través del puente meditando
sobre lo que haría al llegar, se fingiría robotizado y esperaba que del otro lado sí pudiera alguna
proeza realizar para salvar a su planeta.
NOTA:
NOTA:
Este relato participa en el 8vo CONCURSO “ARMA UNA HISTORIA BASADA EN UNA IMAGEN” propuesto en la comunidad ALMAS DE BIBLIOTECAS Y CINES en Google+ por los administradores del blog El Círculo de Escritores. La imagen es la correspondiente al concurso.
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