18
de Octubre de 1945 y 24 de noviembre de 1948
El 18 de octubre de
1945 se produjo el derrocamiento del General Isaías Medina Angarita a través de
un golpe cívico-militar –quizá podría decirse mejor militar-cívico para definir
el grado o prioridad de los participantes, por no decir que fue un golpe
militar con el respaldo del componente cívico de AD o al menos sus cabecillas[1]-
y las principales razones argüidas para dicho golpe fueron:
De parte del
gobierno, en primera instancia consideró el golpe como un golpe de López
Contreras pues a la sazón era el contrincante acérrimo de Medina, y la causa
obviamente sería la ambición de ostentar la Presidencia de parte de López
Contreras, pues se sabía perdedor si la contienda se hubiese dado entre el y el
candidato propuesto por Medina, Ángel Biaggini. Aunque el presidente Medina
había tenido varias informaciones respecto al golpe que planeaban los militares
incluso por parte de los militares mismos -como indican en la historiografía
varios autores como por ejemplo Manuel Caballero- Medina ignoró dichas
informaciones descartando dicha posibilidad pues no creía “que los jóvenes oficiales se embarquen en una
aventura semejante”(Caballero,1979:35); esto en cierto modo, da cuenta de
que Medina parecía tener total confianza en la institución armada y en cierta
medida, da cuenta de una notable separación entre éste y la institución
castrense y del poco interés de Medina hacia la misma, al menos con respecto a
la joven generación. Luego de conocida la no participación de López, Medina terminó
entendiendo el golpe como un alzamiento de los militares descontentos por su
situación en la milicia, ya que señaló, en su exilio, respecto al golpe de
Octubre según refiere Manuel Caballero: “Un
pequeño grupo de oficiales, regresado de estudios profesionales en el
extranjero, venían preparando la insurrección. Por lo que posteriormente ellos
mismos han declarado sus propósitos no parecían ser políticos. Los que los
movían eran problemas internos de la institución armada, inmoderadas ansias de
bienestar personal y una insensata prisa de subir” (Caballero,1979:83) [2].
Por parte de los
golpistas, en el caso de los civiles se arguyó el supuesto continuismo
propugnado del gobierno de Medina y el carácter dictatorial, incitador a la
guerra civil y promotor del comunismo del mismo, también el peculado heredado
del gomecismo. Así la candidatura de Ángel Biaggini –dado el fallido intento de
candidatura acordada con Diógenes Escalante debido a su repentina enfermedad-
se presentaba como la prueba fehaciente de la búsqueda de continuismo de Medina
y su partido el PDV, pero como bien dice Oscar Battaglini, esa acusación de
continuismo no sucedió para el caso de la candidatura de Diógenes Escalante,
que en todo caso no iba a ser electo tampoco por el voto secreto, universal y
directo que reclamaba el pueblo venezolano y por tanto “significaba la «continuidad de éste [de Medina]
en la dirección del Estado» (Battaglini,1995:208).
Además, en este sentido del continuismo y la supuesta renuencia del gobierno a
implantar la elección presidencial a través del voto secreto, universal y
directo, Medina demostró su carácter democrático y que su visión y objetivo iba
hacia esa democratización del voto presidencial, y él esperaba que para 1951,
las elecciones se realizaran como se reclamaba la sociedad venezolana para
1946, pues como señaló Uslar Pietri -que fue Secretario de la Presidencia de Medina- en referencia a las elecciones
directas del Presidente: “La revolución [la de Octubre] lo que ha hecho es anticipar en tres años
esa oportunidad (Sin la revolución hubiera ocurrido en 1951,con la revolución
parece que va a ocurrir en 1948)) ” aunque el carácter masificado de los
votantes si iba a ser de mayores proporciones gracias a la revolución pues
continúa Uslar Pietri indicando que “… además ha
ampliado [la
Revolución de Octubre] la base
electoral. Antes votaban los mayores de veintiún años que supieran leer y
escribir, y ahora votan varones y hembras, alfabetos o analfabetos mayores de
dieciocho años. … y nadie me hará entender que puedan comprender mejor los
supremos intereses de Venezuela los ochocientos mil analfabetos que los
cuatrocientos mil que saben leer y escribir”[3].
En cuanto a la guerra civil pues es
demostrado que Medina siempre propugnó la pacificidad, incluso estoicamente
para evitar una confrontación desmedida decidió entregarse a las facciones
insurrectas el 19 de octubre, aunque contaba con el apoyo de una gran parte de
la milicia y pudo haber vencido a los insurrectos –eso sí, a costa de muchas
vidas- así indica Medina que se rinde “…
para evitarle a mi país los males de
una prolongada conmoción, de la inseguridad, de la guerra civil y del
desprestigio internacional” (Caballero,1979:26).
Por tanto, la tesis de continuismo y el sentido dictatorial y antidemocrático
del gobierno de Medina se presenta, a todas luces, no sustentable toda vez que
“Las más altas normas de armonía y convivencia
caracterizaron su Gobierno [el de Medina]. La más
libérrima expresión del pensamiento. El más hondo respeto a la integridad del
ciudadano. La obediencia sagrada a la Ley…Humano, noble y progresista”[4]. En el caso de los militares estos indicaron
que su descontento con el gobierno de Medina pues se sentían rebajados y mal
pagados dada su alta especialización, ya que estudiaron en el extranjero y
estaban capacitado muchos más que los viejos militares heredados del gomecismo
que se encontraban todavía en la milicia. A todo este respecto de las
debilidades de las tesis expuestas por los golpistas para su insurrección puede
atribuirse quizá una posible impaciencia de ambos factores – el militar y el
civil-, para ostentar el poder y, por tanto, decantarse por el golpe, y aunado
también, quizá, como se desarrollará en el apartado o punto dos (2) de este
análisis, a la búsqueda del ocultamiento de la influencia de entes foráneos en
la decisión tomada para llevar a cabo dichos hechos.
El 24 de noviembre de
1948 se dio el golpe militar contra el presidente Rómulo Gallegos, quien
resultó electo en las elecciones de diciembre del 47 y comenzó su mandato en
febrero de 1948. Dicho golpe fue llevado a cabo por los mismos militares que
participaron en el golpe contra Medina el 18 de octubre de 1945, pero ahora sin
la colaboración de ningún ente civil:
Desde la óptica de
los caídos, Betancourt en su obra Venezuela, Política y Petróleo desechando
cualquier culpa de él o su partido en los sucesos del 24 de noviembre atribuye
dicho golpe a la búsqueda del retorno del andinismo –pues era claro para
Betancourt que dicho golpe era con el fin de obtener el poder por parte de los
militares-, la influencia de las dictaduras americanas como las de Somoza y Trujillo y las intentonas
previas que se dieron durante el trienio. Estas causas argüidas por Betancourt
realmente dan cuenta de que “la suya es una
interpretación que apunta más hacia la autojustificación de su conducta y la de
su partido”(Cartay,1987:134)
y refleja una falta de “espíritu autocrítico” (Cartay,1987:134).
Afortunadamente en su vuelta al país aprende la lección.
Las causas argüidas por los militares golpistas, en
primera instancia fueron la huelga promulgada por AD y la CTV y la incitación a
la violencia por parte de las masas, según refieren su primer mensaje
pronunciado el mismo día del golpe, pese a haber ya hablado a Gallegos desde el
día 19 de noviembre, imponiéndole una serie de parámetros para evitar la
insurrección militar[5]
los cuales Gallegos rechazó, y que según se refiere dicho encuentro término con
la aseveración de Delgado Chalbaud del total apoyo de la milicia al gobierno de
Gallegos, pero eso quizá para evitar la acción inmediata de Gallegos porque el
golpe se llevó a cabo. La excusa de la huelga y la incitación a la violencia
resultaban a todas luces incompatibles con todo lo sucedido a lo largo del mes
de noviembre por lo que en un posterior mensaje las fuerzas armadas
esclarecieron sus supuestas razones, al menos más creíbles de acuerdo a la realidad
del país, haciendo mención del 18 de octubre de 1945 y los objetivos que en esa
fecha se plantearon y como habían sido los mismos mancillados por el partido
Acción Democrática el cual “continuó, a pesar de que pregonaba ser un
partido nuevo, los vicios políticos que caracterizaron los antiguos gobiernos,
aprovechándose seguidamente del poder para sus propios beneficios, implantando
el sectarismo político, manteniendo una agitación permanente y trayendo el
desbarajuste total de la República”[6].
En resumen, según los militares, la causa del derrocamiento de Gallegos era la
errada y hegemónica conducción que ha llevado el partido Acción Democrática, el
Partido del Pueblo, que tres años antes se había unido al Ejército del Pueblo
en un supuesto objetivo común, que al parecer, si existió alguna vez, se fue
perdiendo a lo largo de los tres años de la Junta Revolucionaria y desapareció
definitivamente durante el gobierno de Gallegos. Esta causa también fue
atribuida por otros miembros de la oposición como el partido COPEI el cual
escribió un comunicado para expresar su no participación en los sucesos del día
24 de noviembre, y allí expresa entre otras cosas que “COPEI no dejó un solo instante de
señalar a «Acción Democrática» las desastrosas consecuencias a las que había
necesariamente de conducirle una política sectaria, orientada por el
exclusivismo y la ambición de grupo, dirigida por una caprichosa voluntad que
hizo de la arbitrariedad sistema de gobierno”[7].
Y si bien es cierto, que esta causa, según nos demuestra la historia no parece
haber sido realmente la de mayor peso por lo menos no en el fondo -ya que de
acuerdo a los sucesos posteriores con la dictadura militar y la vuelta al poder
de AD y su máximo representante Betancourt, pareciera AD y Betancourt haber
sido las víctimas o al menos aprendieron la lección y los supuestos garantes de
la democracia sin fines de poder como lo manifestaron los militares golpistas
en el 48, fueron los tiranos que sacaron del poder a la mayoría del pueblo-,
también es cierto que en AD se desarrolló un espíritu sectario que rayó en la
intolerancia y en la arrogancia en la ostentación del poder, y que hizo que AD
y particularmente su máximo representante Betancourt, se ganaran la enemistad
de más de uno –de lo cual da cuenta hartos documentos en la colección de
pensamiento Político Venezolano del Siglo XX, donde se da cuenta de que incluso
se les tildó de comunistas-, sobre todo de las elites venezolanas y a la final
perdió hasta el apoyo de sus aliados del 45, el Ejército del Pueblo como él
mismo lo llamó, y es que con palabras tan autocráticas como las siguientes
pronunciadas por Betancourt a raíz de la muerte de una militante de AD en un
supuesto atentado –y supuesto porque algunos lo atribuyeron como Delgado a la
misma militancia de AD-, Betancourt da muestra de una arrogancia asaz
exacerbada, indica Betancourt a sus seguidores que: “Somos
poderosos; contamos con medio millón de militantes. El Poder Ejecutivo en su
conjunto está bajo la influencia del Partido. En ambas Cámaras Legislativas
Nacionales hay una determinante y abrumadora mayoría de militantes de Acción
Democrática (aplausos) y con excepción de unas dos Legislaturas Regionales y de
algunos pocos Concejos Municipales, en todos los organismos deliberantes municipales
y estadales del interior de la República hay mayoría de acción Democrática; hay
mayoría de Acción Democrática en el comando de las fuerzas obreras organizadas
y en un momento dado, en defensa de este régimen, estamos en condiciones de
realizar en toda la República lo que realizamos en Caracas (aplausos); estamos
en condiciones de lograr que no se dé un solo martillazo sobre un yunque, que
no se mueva una sola polea, que no camine por las carreteras un solo camión,
que no salga una sola gota de petróleo del subsuelo del país.”
Consecuencias
políticas inmediatas y significación histórica de los golpes del 18 de octubre
de 1945 y el 24 de noviembre de 1948 en función de la historia política del
siglo XX venezolano.
El golpe a Medina en
1945 tuvo como consecuencia inmediata un cambio radical en la política “Se trata del ingreso de las masas a la
actividad política y por allí mismo el ingreso de Venezuela a la sociedad de
masas”(Caballero,1998:34),
y una “democracia
de partidos”(Rodríguez,1998:98). Esto se ve con el
crecimiento acelerado de la militancia del partido Acción Democrática que eran
unos militantes activos y formados por venezolanos de todas las esferas de la
sociedad –lo cual no era nada del gusto de las elites- y también con el
surgimiento de nuevos partidos “En cierta
manera –ha escrito Rodolfo José Cardenas- todos los partidos del Trienio
Populista son hijos del 18 de octubre de 1945, pues si AD y los comunistas
existían antes de la histórica fecha, existían como grupos ultraminoritarios y
de poca influencia en la vida nacional. Esa influencia se multiplicó
infinitesimalmente para Acción Democrática y en alguna medida para los
comunistas. Siendo los copeyanos y los urredistas hijos del 18 de octubre de
1945, los cuatro grandes partidos del Trienio Populista –AD, COPEI, URD, PCV-
le debían muchos al golpe de estado revolucionario octubrista”(Rodríguez,1998:98).
Si bien, este fue
un logro de la revolución como también lo fue la masificación de voto y su
implantación para 1948 de forma universal, secreta y directa, también quedó
claro que la alianza entre los militares y los civiles no fue una buena salida
para acelerar el proceso democrático –claro esta no se puede afirmar que para
el año 1951 se daría en voto secreto, universal y directo del presidente como
lo ofrecía Medina y que luego Venezuela iba a continuar sin obstáculos por una
democracia hasta nuestros días- pues con el golpe de 1948 se paralizó dicho
proceso con el golpe militar de los mismos participantes castrenses de la
Revolución de Octubre pues es claro que los golpes militares “se dan para instaurar un gobierno militar;
al cual la dinámica política hace derivar a corto o largo plazo, pero más lo
primero que lo segundo, en una dictadura militar. Si no, y esto no se puede
excluir en ningún caso, en la guerra civil”(Caballero,1998:35). En el caso de Venezuela el golpe a Medina
desembocó en 1952 con la dictadura de Pérez Jiménez, que quizá si se hubiese
tenido un poco más de paciencia por parte de los civiles en elproceso de
democratización –sin negar la participación foránea que pudo haber pero que
pudo ser frenada por las decisiones de los entes internos involucrados, como se
planteó en varias oportunidades en el 45 y también en el 48- hubiese logrado la
democracia deseada sin pasar por los diez años –incluyendo a partir del golpe
de 1948 hasta 1952, y luego la dictadura de Pérez Jiménez- de gobierno y terror
militar impuestos por Pérez Jiménez y su Seguridad Nacional.
En
cuanto al golpe contra Gallegos se puede ver como la consecuencia heredada del
golpe de Medina y causó el puntofijismo que implantaron los partidos políticos
en octubre de 1958, pues AD aprendió la lección del 48 y comprendió que el
sectarismo no le llevaría a ninguna parte y que era menester la alternabilidad
en el poder pues sino se volvía a las características pasadas del gomecismo y
el tan criticado “continuismo”, pues eso pasó con la Revolución de Octubre que
no superó “la fusión de los personalismos
caudillistas y de los proyectos políticos” (Rodríguez,1998:35).
En
definitiva el 18 de octubre de 1945 y el 24 de noviembre de 1948 se definieron
las bases de lo que ha sido la democracia venezolana a partir de 1958, que con
sus pros y sus contras ha logrado mantenerse hasta nuestros días, como le
expresa Pino Iturrieta, en un “movimiento
de rotación” (Pino,1998:129).
[1] En este sentido, los
militares que fraguaron el golpe del 45 dejaron claro que la revolución fue su
ejecución en el Acta Constitutiva de la Junta Revolucionaria de Gobierno de los
Estados Unidos de Venezuela donde indican que: “el Comité Militar ejecutó la revolución” y “Acción
Democrática que cooperó en la revolución”. Aunque en definitiva la Junta
estuvo formada por cinco civiles y sólo dos militares, el golpe como tal fue un
golpe de Estado militar –lo cual incluso Betancourt afirmó- aunque dio paso al
establecimiento de un poder civil, al menos en lo inmediato.
[2] Estas palabras son citadas por Caballero del texto de Medina Angarita,
Cuatro Años de Democracia.
[3] Cita de artículo de Uslar
Pietri en el Diario El Nacional el 6 de septiembre de 1947. En: Elías Pino
Iturrieta, Movimiento de Rotación. p 130.
[4] El Pensamiento político del Presidente Medina. Prólogo de Julio Diez. En: Pensamiento Político
Venezolano del Siglo XX…. p.19 (Página Formato digital p. 21).
[5] Los puntos que le indicaron a Gallegos los militares que se reunieron
con él -Delgado Chalbaud, Pérez Jiménez y Llovera Paéz que en definitiva
formaron la Junta Militar de Gobierno que sucedió a Gallegos- fueron según
refirió Gonzalo Barrios quien estuvo presente en la misma y se refiere en Ramón
J. Velásquez. El Gobierno de Rómulo Gallegos (Febrero a noviembre de 1948) (Ver bibliografía).: 1.
Expulsión del país de Rómulo Bentacourt; 2. Prohibición del regreso del
comandante Mario R. Vargas; 3. Remoción del Comandante Gámez Arellano, Jefe de
Guarnición de Maracay; 4. Desvinculación con el partido AD; 5.
"Rómulo Gallegos 1940s" by Unknown - Iconografía: Rómulo Gallegos. Biblioteca Ayacucho, 1980.. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons.
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