Sobre La Izquierda
Criolla en: “Del Garibaldismo estudiantil a la izquierda criolla. Los
orígenes marxistas del proyecto de A.D. (1928-1935)” de Arturo Sosa y Eloi
Lengrand[1]
El texto habla de cómo el grupo que nació “estudiantil” y garibaldista” busca organizar sus ideas para la formación
del partido dentro del contexto nacional y mundial existente. El Plan de Barranquilla, que generaron en
el exilio, constituye el primer documento que plasma los ideales para la
formación de ese partido, en dicho Plan se expresan las alianzas que existen
entre el gomecismo y las clases pudientes del país y con los entes externos,
esto es, con el imperialismo, para mantener la tiranía. Los suscriptores del
Plan de Barranquilla expresan que Venezuela debe pasar del feudalismo al
liberalismo y de la dictadura a la democracia. No obstante, no existen consenso
total entre los firmantes del texto y las ideas contenidas en el mismo, por su
contenido comunista; Rómulo Betancourt expresa que se deleita en la
historiografía marxista, lo que lo define más marxista de lo que se refleja en
el Plan de Barranquilla, que muchos –entre ellos Miguel Otero Silva-catalogan
alejado de las masas y por tanto de la Revolución. Pero para Betancourt esto no
es así, sino que el programa es un primer paso, es el programa mínimo, que
conducirá al programa máximo como lo plantea Lenin. Otros como Picón Salas
elogian el Plan. En 1932, Betancourt se deslinda un poco del marxismo ortodoxo
y expresa que no quiere importar la Revolución rusa a Venezuela tal como los
libertadores importaron a América los ideales jacobinos europeos sin tener en
cuenta las diferencias de ambas realidades, que no es un cumplidor de órdenes
sino que analiza los postulados del marxismo. Se proponen modificaciones al
Plan de Barranquilla, convirtiéndolo en el plan
mínimo de ARDI (Agrupación Revolucionaria de Izquierda), y que se modifica,
entre otras, para negar los derechos de la tiranía explotadora capitalista que
se expresaban en el Plan original para dar prioridad a las masas. El grupo ARDI
no es un partido según lo definen sus miembros, es una organización
revolucionaria, izquierdista y socialista.
Rómulo Betancourt en enero de 1932 escribe un folleto llamado Con quién estamos y contra quién estamos
donde ratifica los postulados de ARDI, y expresa la visión materialista del
hecho social venezolano que tienen los miembros de ARDI, donde la de Gómez es la
tiranía de la clase capitalista nacional e internacional contra la clase
trabajadora, ya no es más el “andinismo” que se profesaba a la sazón, sino una
lucha de clases. No debe gobernar otro caudillo sea o no andino, debe gobernar
un hombre con ideas socialistas, era el fin de la lucha entre el pensamiento conservador
y liberal, se debe dar la revolución de masas contra la burguesía capitalista. El folleto tuvo halagadores y detractores,
por supuesto la burguesía venezolana lo rechazó y buscó desprestigiar a
Betancourt.
Otros documentos que reflejan la mentalidad de los miembros de ARDI son
los archivos de Raúl Leoni que se encuentran en la sección de
“correspondencias” del Libro Rojo, los archivos de Leoni constan de 30 cartas
de comunicación entre él Betancourt, Valmore Rodríguez y Montilla, que reflejan
el proceso de maduración de las ideas del grupo.
Cartas entre Mariano Picón Salas y Betancourt también son documentos representativos de la
mentalidad de los miembros del ARDI. Dichas cartas son once que se
intercambiaron entre 1931 y 1935 y reflejan las diferencias ideológicas entre
Picón y Betancourt, en tanto que este último es más comunista radical y el
primero es más moderado y social-demócrata.
La situación mundial en la época de formación del grupo ARDI, está
signada por la crisis económica que comenzó en el 29 en Estados Unidos. En
Alemania está en proceso de consolidación el nacional-socialismo o nazismo. Los
jóvenes venezolanos en el exilio, van perdiendo la confianza en la democracia
capitalista, debido a los sucesos que acontecen en las mismas, e.g., en Chile,
en Costa Rica. También son perseguidos y tienen que esconderse de las
autoridades policiales, como Betancourt en Chile. Esto genera la necesidad de
estar en contacto entre los venezolanos emigrados y así lo plasman en sus
comunicaciones.
También se presentan diferencias ideológicas y prácticas entre los
comunistas que generan divisiones entre ellos. Así en Venezuela el PRV se
divide y los disidentes buscan la fundación de
un Partido Comunista en Venezuela, clasista y revolucionario.
El ARDI propone un proyecto político basado en la situación venezolana,
que vaya más allá de proponer “hombres
honrados en el poder”. Se realiza un análisis materialista y dialéctico de
la situación de Venezuela destacándose las siguientes características en la
situación venezolana, que se desprende de los documentos: a) una estructura semi-feudal y neo-colonial: inmersa en la
estructura imperialista del capitalismo internacional. Tiene sus raíces en el
proceso independentista donde los mantuanos lucharon por sus intereses de
clases, se aliaron con los caudillos que provenían de las masas, generando
caudillismo y latifundismo que permanecían a la sazón y ahora aliados con el
capitalismo internacional, como sucedía en otras partes de América. Por ello
deben transformarse las estructuras, debe ser una revolución social y no sólo
política. a) una sociedad clasista:
se define que la tiranía es de una clase (capitalista), y no de un hombre
(Gómez) o una región (andina), sobre las masas trabajadoras venezolanas (que se
diferencian de las clases proletarias de los países industrializados, por lo
que incluyen a sectores de la pequeña burguesía, que son proletarios de cuello
y corbatas). c) El motor de la
historia: se define la lucha de clases como el motor de la historia en
Venezuela por lo que se debe buscar hacer valer los intereses de la mayoría,
hay que apoyar es a las clases oprimidas. Venezuela no es libre porque no hay
soberanía.
Luego, siendo esa la situación venezolana hay que transformarla, hay que
educar al grupo (ARDI) y formar al pueblo, ya no tenían los mismas intenciones
“garibaldianas” de tumbar con un jefe o líder al gobierno sino con la educación
del pueblo generar la revolución de las masas. Por tanto la transformación se
centra en los siguientes puntos: a) Estudiar
leer, prepararnos: leer de manera sistemática textos escogidos (mayormente
obras revolucionarias y de corte histórico), escribir para aclarar ideas,
conocer a Venezuela y los sucesos que se dan en la misma a la sazón, formar
líderes que propaguen el socialismo, y así lo hacen o tratan de hacerlo los
miembros del grupo en sus distintos lugares del exilio. b) Educar a las masas: hay que crear un hombre nuevo con una
conciencia nueva, una conciencia socialista. Se plantea la idea de un
periódico. Los líderes, de amplia formación intelectual y política, deben estar
constantemente concientizando en las plazas públicas, con la idea de convencer
y no de generar diatribas que produzcan divisiones entre los mismos
participantes, sino que puedan profundizar en la conciencia de clases de manera
sí radical, de descontento u “odio”
hacia el sistema político-económico-social que oprime al pueblo.
La transformación propuesta por el ARDI es una revolución más que una
reforma en Venezuela y así lo hacen constar en los documentos sus miembros aún
los menos radicales, como Mariano Picón Salas
y Gonzalo Carnevali, que mencionan el accionar revolucionario en alguna
de sus correspondencias. Los miembros del ARDI rechazan de facto la democracia
liberal considerándola “idealismo burgués”. Y parten del Plan mínimo para
seguir con el avance de la revolución.
La Organización del ARDI genera diatribas en los siguientes puntos: a) Es un grupo o partido: Según
algunos de sus miembros, ARDI no constituye un partido, sino un grupo con ideas
revolucionarias y con cohesión y disciplina. No es un partido porque no tiene
“una labor hecha y una plataforma bien
estructurada”, Betancourt propone que en el exilio se maneje la noción de
agrupación más que de partido, pues existen diferencias en este punto entre los
miembros. b) Clasista o poli-clasista:
deben haber proletarios y obreros en el partido cuando este se forme como tal y
debe crearse una organización sindical. Betancourt propone una organización
policlasista debido a la falta de preparación intelectual del proletariado y la
escasez de los mismos, la pequeña burguesía debe también ser incluida en el
frente único, pues son proletarios de cuello y corbata. Por esto algunos de los
miembros del partido tildaron a Betancourt de aprista, que Betancourt negó. c) El
problema de las alianzas: el grupo tiene claro que las acciones de alianza
se tienen que realizar en forma colectiva y no individual dentro del grupo, y
con la consigna de “juntos pero no revueltos”, esto es, libertad de acción y
programas distintos, sin contraer compromisos políticos de ninguna índole. Así
lo proponen en referencia a la solicitud de José Rafael Pocaterra de luchar en
conjunto para derrocara Gómez. También proponen conocer bien las ideas del
aliado para poder llegara acuerdos. Ya definitivamente no eran –indica Betancourt- “aquellos mismos
exasperados por el garibaldismo expedicionario, por el rabioso y ciego
´antigomecismo´”. d) La relación
líderes-masas: los líderes definen la orientación del partido y la
marcha de la revolución en su conjunto, tal como lo plantea el leninismo. En el
exilio se forman y preparan los líderes, y al regresar a Venezuela se establece
la relación con las masas, una relación que cree en estas últimas una
conciencia de revolución, una conciencia de clases, ya no será lleva
El ARDI continúa evolucionando en su ideología y se relaciona con el
Partido Comunista de Venezuela (PACOV) según se desprende de correspondencia
entre Picón Salas y Betancourt, y también correspondencia de Raúl Leoni, pues
tienen en cuenta de que tienen los mismos principios marxistas. Aunque en un
principio, existen sus diferencias y roces con miembros del P.C. como, por
ejemplo, con Salvador de La Plaza; luego se muestran en relación fluida, ya
para el año de 193, Jóvito Villalba se adscribe al P.C.V. y Betancourt se hace
parte del P.C de Costa Rica cuando se encuentra en la clandestinidad.
El análisis o evaluación de las condiciones objetivas presentes en los
países latinoamericanos es una preocupación siempre presente en el desarrollo
de la acción revolucionaria del grupo ARDI, condiciones que conllevan a la
transformación. Las condiciones económicas del capitalismo mundial a la sazón
son determinantes en el desarrollo del proceso revolucionario. También las
condiciones subjetivas son importantes, pues será la fuerza organizada que
llevará a cabo la revolución, por lo que se interesan los del grupo en
propiciar la ampliación de esas condiciones subjetivas, y en ese sentido se
dedican a la lectura, y generan literatura impregnada de los ideales marxistas
adaptados en cierto modo a la realidad venezolana, según refiere los autores de
los mismos como Rómulo Betancourt, con fines proselitistas, para prepararse y
preparar a nuevos militantes.
Betancourt insiste en la implementación del programa mínimo como estadio
inicial hacia el pasaje al socialismo. Este programa mínimo tiene como
finalidad la captación de las masas, pues estas no tienen la capacitación
necesaria para partir directamente de un plan máximo de conquista directa del
poder como propone el P.C.V. y la Internacional Comunista. De hecho, muchas de
las propuestas de P.C.V. se ven como muy exiguas y de variopinta interpretación
en sus planteamientos e incapaces de arrastrar las masas, y erróneas al
plantear aún la lucha contra Gómez como el punto primordial cuando la lucha es
contra la alianza burguesa-latifundista-imperialista, contra el sistema
económico-político-social presente en Venezuela.
La relaciones con el P.C.V. van poco a poco desvaneciendo el ARDI,
aunque no todos sus miembros se decantan por el P.C.V, en principio son sólo
Betancourt, Leoni y Montilla. El Plan de Barranquilla falla en no definir el
papel rector de la clase obrera en las distintas etapas de la revolución y
particularmente en la etapa democrático-burguesa. En el P.C. se debe tener en
cuenta el factor ilegalidad como lo prevee Lenin en la Internacional Comunista,
pues desde la legalidad se presentan trabas a la revolución, así lo entienden
los del P.C. de Costa Rica. Las alianzas entre los distintos P.C. deben estar
abiertas a la crítica constructiva y no ser de un radicalismo tal como el
propuesto por el P.C. cubano que se niega a la crítica.
[1] Arturo Sosa y Eloi Lengrand. La izquierda criolla. En: Del
Garibaldismo estudiantil a la izquierda criolla. Los orígenes marxistas del
proyecto de A.D. (1928-1935). Ediciones Centauro. Caracas, 1981. pp. 125-239.
Créditos:
photo credit: Humo Tricolor via photopin (license)
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